Mientras el asesinato de un nonagenario ocurrido ocho días atrás sigue sin ser aclarado, un grupo de vecinos de San Carlos está convocando a una reunión abierta a celebrarse este lunes, para analizar temas vinculados a la seguridad en la ciudad.

Un grupo auto convocado de vecinos de San Carlos, está invitando a participar de una reunión que tendrá lugar este lunes a partir de la hora 18.00 en el centro comunal del barrio Lavagna, para analizar temas vinculados a la seguridad en la ciudad.

La convocatoria surgió tras el brutal asesinato de un anciano de 91 años ocurrido ocho días atrás en la avenida Ceberio. El objetivo de los vecinos es analizar acciones que puedan sumar a las que desarrolla la Policía en la ciudad para prevenir hechos delictivos.

En las últimas semanas, no solo ocurrió este sangriento hecho que cobró la vida de un nonagenario y dejó con heridas graves a su esposa de 83 años, sino que ha habido varios robos, incluso uno en una céntrica tienda de ropa deportiva en la que hubo pérdidas por varios miles de dólares.

Los convocantes subrayan que el encuentro de este lunes no tiene connotaciones políticas por lo cual se pide asistir con ideas que puedan ser desarrolladas y eventualmente presentadas ante las autoridades. No se descarta que en la ocasión, se defina realizar una movilización.

Pocos avances

El último hecho de sangre que impactó a la comunidad de San Carlos, ocurrió el domingo 9 de julio en el entorno de la hora 18.00, en una finca de la avenida Ceberio, donde un anciano de 91 años fue asesinado a golpes y su esposa gravemente herida.

Investigadores del Distrito 4 de la Policía, trabajan activamente desde que ocurriera el hecho, pero no han podido dar con el o los responsables del salvaje ataque, cuyo móvil no está claro. Varias personas han sido indagadas pero de ninguna surgieron elementos contundentes.

La Policía fue alertada sobre el ataque sufrido por la pareja de ancianos poco después de la hora 22.30, aunque habría ocurrido en el entorno de la hora 18.00 según testimonios de vecinos que escucharon ruidos extraños y llamaron a un sobrino de la pareja que fue hasta el lugar.

En la casa, ubicada a los fondos de la Escuela Técnica de UTU, entre las calles Treinta y Tres y 18 de Julio, el familiar se encontró con un cuadro impactante y desgarrador: en el living y en medio de un charco de sangre yacía muerto su tío, y cerca, gravemente herida la esposa del anciano.

En el interior se encontró un gran desorden en todas las habitaciones, y el cuerpo sin vida de Elbio Bonilla, de 91 años de edad, presentando una serie de golpes provocados con un objeto contundente; su esposa, Marina González de 83, estaba con vida pero gravemente herida.

La Policía ha trabajado en base a una serie de testimonios y de los datos aportados por varias personas del entorno más cercano que fueron indagadas. También se han analizado filmaciones de cámaras de seguridad de la zona, que no han arrojado demasiada información.

Según pudo saber MaldonadoNoticias, el día del hecho en horas de la tarde, se pudo comprobar que un hombre llamó a la puerta de la casa de los ancianos y posteriormente ingresó, lo que indica que podría ser un conocido ya que le franquearon la entrada.

Más tarde la misma persona se retiró por la puerta principal, incluso cerrando con llave la misma. Las escasas imágenes que se han recogido permiten hacer un seguimiento de esa persona por algunos minutos, pero luego ya queda fuera del alcance de las cámaras.

Desde el punto de vista científico, se esperan resultados de algunas muestras recogidas por Policía Científica, en tanto el testimonio de la señora agredida, que aún permanece internada en estado reservado, es clave porque podría aportar datos concretos de él o los atacantes.

La pasada semana, en un momento de leve mejoría, Marina González fue visitada por la Jueza del caso en el nosocomio donde permanece internada con guardia policial permanente. Aportó algún vago detalle, aunque por el momento insuficiente para lograr avances concretos.

El matrimonio, tiempo atrás había decidido adquirir la finca de la avenida Ceberio para estar más cerca de los centros de salud de la ciudad. La señora González hace algunos años se moviliza en silla de ruedas y era su esposo quien la cuidaba. Antes vivían en la salida Norte de la ciudad, por Ruta 39.

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