*) Mauro Mendiburu Benedetto

El pasado jueves 23 de marzo, el Banco Central del Uruguay publicó su habitual informe de Cuentas Nacionales, que contiene datos al cierre del año 2016. El PIB a precios constantes de dicho año creció un 1.6%, desacoplándose definitivamente de los pésimos resultados de nuestros vecinos: Argentina con una caída del 2.3%, y Brasil con una crecimiento negativo del 3.6%.

Si se pretendía demostrar que Uruguay navega con éxito en las turbulentas aguas económicas regionales, estos resultados son más que contundentes. Con dicho dato, se completan 14 años consecutivos de crecimiento económico, un guarismo que no tiene precedentes en la historia económica de Uruguay.

Considerando los fuertes vaivenes de la evolución del PIB de los últimos 65 años, y las profundas crisis en las que había caído nuestro país en el período 1955-2002, extrapolando los niveles de crecimiento económico de los últimos 14 años a dicho período, podríamos descubrir que de haber crecido en el período 1955-2017, con las tasas de los últimos 14 años, nuestro PIB per cápita se asemejaría al de Alemania, Austria o Canadá. En pocas palabras, nos hemos privado de ser un país del primer mundo, por nuestra pobre performance de la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI.

Es interesante estudiar acerca de los sectores que han apuntalado el crecimiento económico en el año 2016. Allí encontramos algunas políticas de Estado que se deben destacar: el plan energético, y el plan de telecomunicaciones, dirigidos por el Dr. Ramón Méndez, y la Ing. Carolina Cosse.

Ambos fueron iniciados ya hace varios años, pero persisten en sus resultados en épocas recientes. Es de destacar que sirvieron en el peor momento del año 2016, evitaron la caída del PIB en trimestres anteriores, y se aprecia la reducción de su relativo peso en el último trimestre del año 2016 (tal como se ve en el caso de la generación de energía) donde se perciben mejoras sustanciales en otros sectores productivos.

Son claros ejemplos de políticas de Estado, bien planificadas y ejecutadas en momentos oportunos. Buena parte del desacople uruguayo depende de ellas. Los datos del último trimestre del año 2016 han hecho repensar las estimaciones de los economistas para el año 2017: ahora el piso de crecimiento económico se eleva al 1.88%, hasta un máximo de 2.5%. Los indicadores de avanzada parecen confirmarlo, es como si los tiempos más difíciles hubiesen pasado.

Eso no quita que deberíamos enfrentar los problemas no resueltos, como ser la inviabilidad tributaria de las pequeñas empresas (que se manifiestan con inconsistencias empresariales como el caso de las comisiones de las tarjetas de débito que vemos a diario) o el dólar retrasado que dificultan la competitividad de varios sectores, para mejorar nuestra actividad económica.

Sin embargo, es bueno, ante tantas críticas poco fundadas, comprender que la evolución económica nacional depende más de las buenas políticas económicas de Estado empujadas por un gobierno, que por los vientos de cola. Los ejemplos del Dr. Méndez y la Ing. Cosse, y sus apoyos políticos, son más que elocuentes.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

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