*) Psic. Manuel Froilán Zavala Ayala

El secuestrador tiene rasgos sociopáticos, son impersonales, no se conectan fácilmente con los otros y siempre buscan su beneficio. Además de recibir dinero o de explotar de alguna manera a sus víctimas, estos delincuentes suelen elegir dicha forma de extorsión porque les hace sentir poder: controlar a otras personas es algo que casi siempre anhelan.

En la mayoría de los casos, los captores disfrutan de la influencia física y psicológica que ejercen sobre el retenido o su círculo cercano, dándoles una sensación de dominio sobre el entorno.

La personalidad de los secuestradores se asocia con la falta de empatía, es decir la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. En general son delincuentes que han sufrido cierto tipo de abuso en algún momento de su vida, buscando con este comportamiento recuperar el control alguna vez perdido.

La característica principal del secuestrador es su amoralidad. La personalidad es anómala porque posee una desarmonía intrapsíquicacongénita, posee un inestable equilibrio psíquico sin perder el contacto con la realidad, posee episódicamente reacciones desequilibradas, afectivas, caracterológicas y temperamentales; esto lleva ineludiblemente a un desajuste social. Su conducta violenta no procede de una crisis sino que sus planes tienen un arreglo perfecto y no duda en usar los medios más brutales.

Los delincuentes, para llevar a cabo un secuestro, previamente han analizado detalladamente la situación de la persona, la vigilan, la siguen, toman nota de todas sus actividades y hábitos, y si encuentran un hueco en su seguridad que puede ser aprovechado, materializan el secuestro, la mayor parte de las veces en forma violenta y dramática.

Algunos datos sobre el Secuestro Infantil:

•       La mayoría de las denuncias por desaparición de niños se deben a que el niño ha huido o a que hubo un malentendido con los padres en cuanto al lugar donde debía estar.

•       De los niños y adolescentes que son secuestrados realmente, en la mayoría de los casos el secuestrador es un familiar o conocido; el 25% de los niños son secuestrados por extraños.

•       En la mayoría de los casos de niños secuestrados por extraños, el secuestrador es un hombre; aproximadamente dos tercios de los secuestros llevados a cabo por extraños involucran niñas.

•       La mayoría de los menores secuestrados son adolescentes.

Algunas estrategias para evitar los secuestros

La seguridad en Internet debe ser una prioridad. Internet es una herramienta excelente, pero también es un lugar en el que los pedófilos acechan a los niños.

Esté al tanto de las actividades que sus hijos realizan en Internet y de sus "amigos" cibernéticos, y recuérdeles que no revelen información personal. No publique información de identificación ni fotografías de sus hijos en Internet.

Establezca límites en cuanto a los lugares que visitan sus hijos. Supervíselos en lugares tales como centros comerciales, cines, parques, baños públicos, o cuando realizan actividades para recaudar fondos de puerta en puerta.

Seleccione a las personas que cuidarán a sus hijos (niñeras y proveedores de cuidado de niños) minuciosamente y verifique sus referencias. Si arregló para que alguien pase a recoger a sus hijos de la escuela o la guardería, hable al respecto con sus hijos y con el personal de la escuela o la guardería.

No vista a sus hijos con prendas que tengan sus nombres impresos: los niños tienden a confiar en los adultos que saben sus nombres.

*) Licenciado en Psicología, especialidad Clínica (con Habilitación Profesional del MSP). Miembro Honorario en el Área de Negociación Antisecuestro (gerenciamiento de crisis) del Grupo Halcón de la Policía Argentina

Especializaciones en Suicidología: Red Mundial de Suicidiólogos (Representante Nacional hasta el año 2.008); Red Iberoamericana de Suicidiólogos (Argentina).

Miembro de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM), desde el 10 de agosto de 2016.

Ex - Miembro de la Sociedad Mexicana de Tanatología.

Libros publicados: “Suicidio Infanto-Juvenil” - Cómo reconocer las Señales de Advertencia (Editorial Arandura. Año 2006); en proceso: “Estrés, Depresión y Suicidio”. Disertante en múltiples eventos en varios países.

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