*) Mauro Mendiburu Benedetto 

Dos semanas atrás, Argentina fue el centro de las noticias financieras de los mercados regionales: por un lado, causó todo tipo de reacción la emisión de un bono en dólares, con vencimiento a 100 años; por otro lado, MSCI determinó que Argentina no se encuentra en condiciones de integrar el grupo de países emergentes, abandonando el rango de países de frontera.

Sin dudas que emitir un bono a 100 años no podía más que generar todo tipo de reacciones políticas adversas. Se escucharon frases como “hipotecar el futuro de cinco generaciones”, o “endeudar hasta los hijos de nuestros nietos”, desde buena parte del arco político.

Desde el punto de vista técnico, lo más reprochable es la tasa que termina pagándose: casi un 8%; demasiado alta para una operación de este tipo. En realidad, la confusión se ha generado en torno al vencimiento y la madurez del título. Si bien el bono vence (y se recupera el capital original) en 2117, considerando la tasa que paga (cercana al 8%) su duración es de 12.5 años. No parece exitosa la operación, cuando el bono 2046 tiene una duración de 11 años; sin dudas un traspié para el actual Ministro de Finanzas.

La otra noticia ha impactado fuertemente en el mercado local y regional. MSCI decidió no ascender a Argentina al grupo de países emergentes, desde su mala ubicación en países de frontera. El hecho implica que fondos e inversores continuarán sin comprar títulos argentinos por disposiciones reglamentarias.

El “ascenso” a grado emergente estaba más que descontado por los operadores locales, y su rechazo generó fuerte caída de los títulos argentinos, con el Merval a la baja en 4.5%. Si bien, al día siguiente surgió un rebote técnico del 1.8%; la sensación actual en la mesa de dinero es amarga.

Claramente no se contará con la liquidez esperada en los próximos meses, y el devenir de los valores se va a ajustar más a la realidad de un país que sigue con serios problemas macroeconómicos, más allá de que algunos no se quieran ver. La noticia generó también una suba del dólar, hasta los $ 16.54, que fue aprovechada finalmente por los exportadores de granos, quienes mantenían buena parte de la cosecha local retenida sin liquidar. Dicha oferta hizo bajar a la divisa americana casi 8 centavos.

Muy preocupante es el motivo por el cual MSCI tomó esta inesperada decisión: si bien alaba todas las medidas económicas llevadas adelante por el Gobierno de los CEOs empresariales, manifiesta que no se cuenta con seguridad de su mantenimiento en el tiempo.

Por supuesto que esto puede ser observado de muchas formas. El oficialismo, como no pude ser de otra manera, culpa a la posibilidad de una vuelta a la macroeconomía K. La oposición, culpa al Gobierno por no tener éxito en sus políticas económicas luego de 18 meses.

En el medio de estos traspiés, los habitantes de Argentina siguen perdiendo. Yo no me preocuparía tanto de lo que dice la oposición, sino que al igual que MSCI, no encuentro sustentabilidad en las políticas macroeconómicas aplicadas con tanto ajuste inefectivo. Mientras tanto, el lema es seguir ocultando las inconsistencias macroeconómicas, aunque a fin de cuentas, hasta el mercado se dará cuenta de ellas y nuevamente dejará mal parado al Gobierno argentino.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

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