El martes 5 de junio el mundo celebra un nuevo Día Mundial del Medio Ambiente, esta vez bajo la consigna "Un planeta sin contaminación por plástico”. Mientras, en Uruguay está a punto de aprobarse la Ley sobre Uso Sustentable de Bolsas Plásticas.

Cada año el mundo usa 500.000.000.000 de bolsas plásticas, una de las causas claves por las que 8 millones de toneladas de plásticos terminan en los océanos. En Uruguay se utilizan promedialmente 360 bolsas por persona al año, con una notoria afectación del ambiente, las especies, redes de saneamiento y cursos de agua.

Si bien el mundo empieza a ser más consciente del impacto negativo que genera en el ambiente el consumo irrestricto de plásticos, en particular sobre los ecosistemas y su biodiversidad, aún queda mucho por hacer, razón por la que este año se eligió como lema “Un planeta sin contaminación por plástico”.

Una amenaza

Los desechos plásticos como las bolsas de nylon se han convertido en una de las mayores amenazas para la biodiversidad marina. Las estadísticas muestran que en 2050 habrá en los océanos más plásticos que peces. Los restos de plástico en el agua no solo contaminan y ensucian.

También perjudican a animales tan variados como moluscos, peces, tortugas marinas, mamíferos y aves, quienes confunden esta basura con alimentos o simplemente los comen de forma accidental. El plástico se degrada hasta convertirse en microplástico, que afecta sobre todo a los invertebrados.

Un segundo gran problema es que a bordo del plástico flotante se trasladan por todo el globo especies exóticas invasoras, que impactan de forma negativa en los ecosistemas donde desembarcan. Es en consecuencia un medio de transporte de otra serie de problemas.

Una ley

En Uruguay, el proyecto de ley de “Uso Sustentable de Bolsas Plásticas”, que cuenta con la aprobación unánime del Senado desde diciembre pasado, está a poco de ser aprobado en Cámara de Diputados. La misma colocará a Uruguay liderando este tipo de iniciativas para el cuidado del ambiente.

Este proyecto de Ley, que tiene un alto nivel de consenso y acuerdo, apunta a reducir significativamente el uso de bolsas plásticas de un solo uso, potencia que las bolsas “camiseta” que usamos generalmente al realizar las compras se usen sensiblemente menos.

Esto dará lugar a la utilización masiva de la simpáticamente conocida como “chismosa”, y permitiendo que las bolsas plásticas que se sigan utilizando para las compras sean adecuadas para poder tener un segundo uso como bolsa para acopiar los residuos domiciliarios.

La obligatoriedad que las bolsas que se sigan usando sean elaboradas con materiales compostables y biodegradables, permitirá reducir sensiblemente los impactos asociados a la disposición final y dará un impulso a nivel nacional de valorización de los residuos orgánicos a través de procesos de compostaje.

Una vez aprobada la Ley, las bolsas serán de cobro obligatorio y, entre otros aspectos, la reglamentación fijará el tamaño y la resistencia que deberán tener las bolsas, con lo que se asegurará que puedan ser reusadas. El proyecto y la futura ley no tienen una finalidad comercial, ni recaudadora.

Persigue un fin netamente ambiental, donde el cobro de la bolsa al consumidor final es una herramienta para disminuir y desestimular el uso de la bolsa plástica y apelar a otras alternativas que no afectan en nada ni el consumo ni las ventas de los comercios de los más diversos rubros.

Tras la aprobación del Senado, y luego de algunos ajustes solicitados por Diputados, el 9 de mayo fue aprobado en la Comisión de Medio Ambiente de Diputados. Próximamente la Cámara de Representantes tratará este proyecto que luego volverá al Senado para su aprobación final.

La ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León, explicó que “la ley de bolsas busca cambiar definitivamente esta situación a través del desestimulo de su uso mediante su cobro y de la sustitución de las actuales por bolsas biodegradables y compostables”.

En referencia a otras experiencias a nivel mundial, la ministra señaló que, “el mundo está yendo en ese sentido y Uruguay no puede ser la excepción. Medidas similares a la que estamos tomando se llevan adelante en Dinamarca, Francia, Suiza, Australia, Taiwán, Irlanda, Inglaterra, Canadá, entre otros”.

Subrayó que los resultados son muy auspiciosos. “Irlanda, por ejemplo, redujo en un 90% el uso de bolsas plásticas. A raíz de estas experiencias, el Parlamento Europeo se ha propuesto reducir el consumo de bolsas de plástico denominadas ligeras en un 80% desde ahora hasta el 2025”.

Por su parte, el director Nacional de Medio Ambiente, Alejandro Nario, dijo que con esta iniciativa Uruguay avanza dando respuesta a un problema ambiental global. "El mundo está procesando respuestas de este tipo, y nuestro país, que se encuentra entre los países líderes en materia de basura marina lo demuestra con estas acciones".

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