*) Psic. Manuel Froilán Zavala Ayala

“No tendrás que preocuparte por mí por mucho tiempo” …susurró Juan a su papá. “Bueno… ¿qué sabe uno? Quizás vaya a empezar a actuar de una manera más responsable”, pensó éste. Al día siguiente Juan se suicidó.

Humberto, en un medio rural le dijo a un amigo y a un familiar que el sábado siguiente a la una de la tarde iba a limpiar su pistola en el depósito. Precisamente a la una de la tarde del sábado siguiente, Humberto se disparó y terminó con su vida.

Ambas personas se desconcertaron por el comentario, pero ninguno de ellos sintió la gravedad del mismo y ambos fallaron en descubrir el mensaje oculto.

Escondido en la rareza y en la ambigüedad de su comentario había un clamor desesperado de ayuda. Orgulloso y auto confiado, no se animó a decir a los que estaban cercanos a él que tenía problemas. En lugar de eso, escogió enmascarar su angustia con “pistas verbales extrañas” con la esperanza que alguien pudiera captarlo y que respondiera.

Tales declaraciones, como tantas otras parecidas, deberían ser consideradas como clamores serios de socorro. Tener en cuenta que quizás los mismos individuos no se den cuenta de manera consciente que están pidiendo ayuda. Pueden pensar que simplemente están dejando ver su frustración o expresando sus emociones, cuando en realidad están buscando una vía de escape de su dolor.

…Cuando iba caminando hacia la clase me encontré con Alejandra. Tenía una mirada rara y me dijo: “¡He perdido el miedo!, nos vemos en el infierno!”. Fue todo lo que dijo y se alejó.

¿Qué es lo que quiso decir con eso? ...Alejandra se suicidó al día siguiente.

“Es que Alejandra siempre estaba bromeando y nunca supe cuándo tomarla en serio”.

Una de las razones por la cual sus amigos no tomaron en serio las palabras de Alejandra fue porque ellos habían escuchado este tipo de bromas con anterioridad; se habían vuelto insensibles. Pero vemos, que el hacer bromas de cuestiones serias puede ser una señal de aviso.

Uno de los mecanismos que muchos utilizan para tratar con los temas desagradables es el hacerlos ligeros por medio de declaraciones humorísticas. Si alguien hace una broma “ocasional” con respecto a la muerte, el suicidio u otro tema morboso, no me preocuparía.

Sin embargo, cuando veo que una persona manifiesta un humor constante sobre un tema morboso, las probabilidades indican que tal persona está luchando emocionalmente con ese tema en particular.

Es necesario tomar en serio este tipo de declaraciones. Sé lo que puede ser un humor disfrazado para un alma turbada. Las bromas desarman a los demás al dar falsas impresiones de que todo está bien y que no hay necesidad de preocuparse.

Después de todo, si las cosas fueran tan malas, ¿me estaría riendo?.

¿Qué hacer? ¡Interesarse, preguntar y actuar!. Si estás equivocado y la persona no tiene intenciones suicidas, puede que te sientas mal o avergonzado, pero tu amigo sabrá que estás interesado en él. Sin embargo, si estás en lo correcto y no haces nada, bien podrías terminar asistiendo a su funeral.

Prevenir = HABLAR.

RECUERDA: El suicidio es una causa de muerte evitable. HABLEMOS.

 

*) Licenciado en Psicología, especialidad Clínica (con Habilitación Profesional del MSP). Miembro Honorario en el Área de Negociación Antisecuestro (gerenciamiento de crisis) del Grupo Halcón de la Policía Argentina.

Especializaciones en Suicidología: Red Mundial de Suicidiólogos (Representante Nacional hasta el año 2.008); Red Iberoamericana de Suicidiólogos (Argentina).

Miembro de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM), desde el 10 de agosto de 2016.

Ex - Miembro de la Sociedad Mexicana de Tanatología.

Libros publicados: “Suicidio Infanto-Juvenil” - Cómo reconocer las Señales de Advertencia (Editorial Arandura. Año 2006); “El Suicidio - Un grito silente (Imprenta Tradinco. Año 2017). Disertante en múltiples eventos en varios países.

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