*) Lic. en Psicología Adriana Savio Corvino

Si existe un denominador que podríamos llamar “común”, al túnel oscuro y siniestro que significa para el adicto, atravesar su proceso por el calvario de la sustancia, es “necesitar aquello que lo daña” más que aquello que lo sanará y liberará definitivamente de su calvario. Ojalá, nunca necesites como el aire para respirar, aquello que tal cual veneno al cuerpo, terminará exterminándote.

Solamente aquel que lo atravesó, desde el sentido clínico y dinámico de la circunstancialidad del adicto; puede llegar a conocer, cuán fuerte internamente debe ser para lograr voluntariamente desprenderse de aquello que desde un principio fue comprendido como “el amor perfecto”, o el complemento exacto para que su existencia, volviera a tener sentido.

Así justamente, es como es integrada de forma desinhibida y sin pudores, la “sustancia” en la historia de vida de un adicto; como un “salvador”, como un “escudo”, como una “contención” o “escudo” de soporte. ¿Qué o quién podría contra “algo” tan idealizado y falsamente creído “constituyente” en la vida de un ser que desde antes ya se siente “perdido” en la vida?.

La respuesta es clara: única y exclusivamente aquello que pueda devolverle al adicto el reflejo de sus acciones, expresadas desde el lenguaje del amor y las emociones, y no a partir del reclamo la culpa y el odio.

En este sentido aclarar, que no estamos sosteniendo este enunciado desde un lugar común de “infantilización” de la figura del Adicto; que lo posiciona en un espacio sin límites ni demandas de exigencias de ningún tipo ante los actos que lleva a cabo consumido o sobrio.

Lo primero que hay que comprender que la clave es el AMOR EXIGENTE. Si amo a quien nos haya sacado de nuestro espacio de seres queridos en su vida, para cambiarnos por la imagen de “san sustancia”, lo primero y principal es tener en claro que los límites, los deberes y la exigencia sana es lo que volverá las cosas a su lugar y según un debido orden.

En este sentido, no “existen muchos órdenes”, existe uno solo y exclusivo al que el Adicto por más sumido que se halle en su “separación del mundo compartido” comprenderá perfectamente; ése es único y universal; es el ORDEN DEL AMOR.

En este punto exacto, y central es donde socialmente hacemos un gran “agua”, ya que en términos generales nos cuesta en demasía y especialmente por aspectos socio culturales “mal aprendidos”, el desplegar la Empatía y en especial habilitar, por ende, la INTIMIDAD.

Cuando me refiero a INTIMIDAD, no es la de índole sexual específicamente; sino en términos generales; la INTIMIDAD COMO CANAL HABILITADO Y NATURAL de expresar de la manera más espontánea y SIN TIMIDEZ lo que sentimos y lo que nos sucede.

Si se ponen a observar, los uruguayos no tenemos habilitada la INTIMIDAD. Si alguien sube a un medio de transporte publico actuando o despliega una acción cómica en plena vía pública; nos cuesta realmente aplaudir o reírnos en alto, sin antes observar con el rabillo del ojo la acción del de al lado para ver si lo expresamos o no, aunque sea lo que sentimos.

Aquí aparece un factor vinculadlo a temer ser “culpado” o señalado, en síntesis, separado del grupo social común centrándose en la posible “segregación” futura; así como también estigmatizado y condenado al peor de los vacíos; el “destierro” social, y finalmente el “embrutecimiento” o la “anomia” del sujeto.

La lógica universal será entonces Diferente#Segregado / Adaptado#Integrado

Pero… ¿qué sucede cuando al sujeto “le dejó de importar” el dolor que causará la “segregación”, o ya lo es desde su minuto uno de vida dentro y a partir del núcleo familiar del cual emergió?.

Para llamarlo de alguna forma: “La Inmunidad” está centrada y amparada en lo Antisocial no en su opuesto; no es el desamparo o, dolor emocional lo que reorienta -por dolor- las conductas, sino todo lo contrario, las acentúa tornándose un contrasentido, pero un sentido más, con dirección al fin.

No dejo de hacer porque me dañe; si me daña es lo que elijo hacer; necesito lo que me daña no lo que me beneficia; si consumir me aísla sigo haciéndolo pues es solo y sin contacto que estoy acostumbrado a existir, y así todas las combinaciones conductuales que puedan venirles a la mente en este momento.

¿De qué manera entonces, poder reestablecer otro camino posible, uno diverso a este “contrasentido” que la mayoría de las veces le da sentido a las acciones del adicto y logra desconectar en palabra y acción a todo aquel familiar que desee ayudarlo?.

La sustancia, lo sacaba por “arriba” del laberinto donde él se siente inmerso, seguramente desde su infancia u adolescencia; esta “salida de emergencia” rápida, es la inmediatez que se busca en todas las acciones que implican la adicción. ¿Para qué tiene que ser tan inmediato?.

Para que no continúe doliendo!... ¿Pero no era que estaban “acostumbrados” a lo esperable por el resto? Si es verdad; pero los umbrales de resistencia al dolor emocional y el sentido de supervivencia que todos los seres humanos tenemos siguen aún intactos y trabajando para la preservación del sujeto, aunque este, conscientemente exprese desear lo opuesto.

De esta manera, el DOLOR emocional es insoportable, se tolera cada vez menos, y solo la contención de un grupo formado por sujetos que pasen por lo mismo, es la única válvula de escape existente, real, útil y efectivo que clínicamente existe en el mundo al día de hoy.

Si mi dolor es compartido, no es el mismo dolor, es medio dolor, pues el otro que duela mis pensares similares, ya se quedó con una parte. Esto no se trata de un auto conformismo evitativo ni promoción de negligencia; esto se trata de que la única herramienta para sacar adelante a un adicto es el grupo de otros pares. Porque no olviden que el primer grupo humano de donde se devino ya falló en la intimidad; ya sabiéndolo o no, le negó la oportunidad a este sujeto de expresar sin tapujos su “debilidad”.

Ahora deberá habilitarse otro grupo humano, que retome esa herida; y recomponga desde la apertura de un espacio donde habiendo intimidad se RESPETE, y EXISTA GRATITUD.

¿Qué es la GRATITUD? Es el código acompañante del AMOR: yo recibiré al otro con AMOR y aceptación, si conozco el dolor de su camino en carne propia; y con amor busco retomar junto a él sus “pedazos” y volvernos a reconstruir mutuamente.

Por eso SERVIR es curarse; pero a su vez curar respetando y con amor; devolviendo con gratitud y agradeciendo cuando se nos retribuye desde el mismo lugar de dolor de donde todos en un gran circulo venimos.

No existe mayor “orden” interno y externo en nosotros como seres humanos que el experimentar el Amor y la Gratitud; haciéndolo volvemos todos a un “orden” original donde todos podemos formar parte, mas allá de los pensamientos, las ideas, las creencias, etc.

El orden que hay que recomponer en la vía del adicto no es el que se describe racionalmente, sino el que se expresa dice y materializa desde la acción del amor y sus códigos de expresión.

¿Por qué hay que implicarse? Porque por lo menos, debe aparecer una persona al menos, que le devuelva el mensaje de que se puede volver a confiar y así a restablecer la INTIMIDAD que nos devuelve dos cosas fundamentales en la vida: LA DIGNIDAD Y LA HUMANIDAD.

He participado de forma invitada en grupos de NARCÓTICOS ANONIMOS, y luego de haber presenciado diversos modelos de intervención; los grupos de contención entre pares que han sobrevivido en diversos niveles creo son la clave exacta para que el adicto comience un camino perfilado hacia la vida y no centrado en la muerte, y en síntesis en creer que aquello que lo terminará “consumiendo” es lo único que al mismo tiempo lo “salva”.

Desde mi experiencia clínica de varios años, estoy segura de que las únicas personas capaces de “rescatar” a estos padecientes convencidos que en las sustancias hallan la “promesa” de un bienestar que en la vida cotidiana no encuentran; son los que ya han transitado estos oscuros caminos convencidos de lo mismo llegando a límites impensados y completamente opuestos a la fantasía de que se puede alcanzar una meta positiva al final de este camino.

Es así como hoy en día nuestro país cuenta con un sinfín de espacios de NARCOTICOS ANONIMOS que se reúnen semanalmente, y buscan desde la grupalidad y el poder de la unión de las fuerzas de los que pasaron y salieron, salir adelante entre todos. Como bien sabrán no hay apoyo igual como aquel que nos puede ofrecer alguien que sabe desde sus zapatos lo que es sufrir esos espacios.

Estos grupos son completamente gratuitos, y además se ofrecen espacios para familiares que pueden asistir a pesar de que el adicto aún no se decida a hacerlo. Se abordan las reuniones de una forma abierta y desprejuiciada, así como tampoco hay obligación de asistir a las mismas, devolviéndole al que consume el control de sus decisiones y por ende de su toma de decisiones en la vida.

Hoy por hoy y luego de todo lo transitado en clínica de configuraciones familiares en intervención de estos casos, creo que un adicto o exadicto, es el único realmente capacitado desde el conocimiento de su experiencia cotidiana, de poder sacar adelante a otro par para que vuelva un sobreviviente y permanezca el mayor tiempo “limpio” posible.

Finalmente, no olvidar que las Adicciones son un flagelo que deviene a consecuencia de otra carencia, muy común en estos días que es la falta de Amor y empatía por el sufrimiento ajeno. No se trata de problemáticas tan imposibles de resolver; el amor nunca dejará de ser una de las “medicinas” más prescriptas y antiguas del mundo; porque en sí…nosotros nos curamos con otro y también gracias a otro que se preocupa por nuestro bienestar.

No olviden que, si nuestra vida no le da sentido a la vida de otro, los objetivos se pierden y las personas tienden a cambiar objetos, sustancias, etc. por personas. Si dejamos de cosificar nuestra existencia quizás comencemos a ver la luz, también en este tipo de “problemas”.

 

*) Especialista en Psicología Forense y Psicología Criminológica – Perú. Maestrado en Derechos de la Infancia, Adolescencia y Políticas Públicas -  UdelaR. Promotora DDHH Mec. Directora del Instituto de Psicología Forense del Uruguay (I.C.P.F.U.)

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