Mauro-Mendiburu-3Los últimos datos del Banco Central del Uruguay muestran un aceptable crecimiento económico de nuestro país para el trimestre abril-junio 2014.

Pese a los malos pronósticos de varios economistas, Uruguay creció un robusto 3.7%, desacoplándose claramente del resto de la región, que se encuentra en recesión económica, y/o en dificultades financieras.

Es de destacar, que el “viento de cola” tan subrayado por dichos economistas como el determinante de nuestro éxito de los últimos años, claramente no existe en este momento; por el contrario, el contexto internacional se asemeja más a una brisa fuerte de frente.

A lo largo de esta columna siempre hemos discrepado con estos expertos de la catástrofe, ya que no encontrábamos, en nuestros modelos económicos, asidero alguno que corrobore dichas predicciones. Para quien firma este artículo, Uruguay crecerá en el entorno del 3% este año.

La inflación rondará el 8.5%, y el desempleo algo por encima de los niveles actuales. No creo en los “Vientos de cola” determinantes, sino en la reacción de las políticas económicas ante las situaciones económicas internacionales, y en ese aspecto, creo que los últimos gobiernos han hecho bien en ello.

Destaco fundamentalmente algunas políticas microeconómicas (como la energética) o sectoriales, como macroeconómicas (como últimamente la cambiaria). No creo que el Uruguay se encontrase bien en el 2004 (como lo aseguró uno de estos profetas del desastre, actual asesor del candidato presidencial Lacalle), sino que el mérito de los últimos gobiernos ha sido aplicar acertadamente, en la mayoría de los casos, variadas herramientas para sobrellevar los distintos shocks recibidos del extranjero, sea crisis financiera en el 2008, estancamiento económico europeo, crisis de la deuda de Europa, entre otras.

Insisto que en el debe tenemos varios asuntos: la diversificación de mercados en determinados sectores productivos (como el turismo), algunos problemas de competitividad por el lado de los costos (como en la construcción), y un gran sector del país aún con niveles claramente mejores que el “buen año 2004 de los asesores de Lacalle”, pero lejos de un nivel de vida aceptable.

No serán sencillos los próximos años en nuestra economía, como no lo fueron los pasados. Esperemos que la conducción de la misma no se encuentre en manos de estos “profetas del desastre”, que demuestran poco conocimiento de la ciencia económica, que para no mostrar su clara debilidad científica ni siquiera aparecen en los debates organizados por la Academia (como ocurrió el pasado miércoles en la Facultad de Ciencias Económicas), y que cuando nos aburran con sus predicciones y charlas en la Liga de Fomento, leamos sus predicciones como verdaderos augurios, de alguien que demuestra no encontrarse en armonía con la ciencia económica, y por consiguiente resulta tan peligroso como un falso médico que desconociendo de los fundamentos de la medicina, atienda a un paciente terminal. Ojalá, así sea, y podamos seguir creciendo como lo hemos hecho en los últimos años.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es Sub Director Gral. de Hacienda de la Intendencia Departamental de Maldonado. Es asesor de inversiones financieras.

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