Cinco jóvenes, entre ellos dos integrantes de la banda del Cerro que protagonizó una riña y luego volvió al lugar del hecho matando a Blois de un balazo en la cabeza, fueron procesados tras una maratónica instancia judicial. El autor material de la balacera sigue prófugo pero está plenamente identificado.

Abel Federico Rollano Sánchez, de 19 años, fue a la cárcel por un delito de riña calificada con resultado de lesiones en reiteración real, con un delito de homicidio en calidad de co-autor. Piloteó la moto que se acercó al pub Tijuana para que su acompañante arremetiera a balazos contra un grupo de jóvenes.

Leonardo Toledo, de 23 años y sindicado como cabecilla de la banda, fue a la cárcel por un delito de riña calificada con resultado de lesiones. Se trata de otro de los montevideanos que participó en la pelea con una barra de Piriápolis, aunque no volvió luego con sus compinches que protagonizaron la balacera.

También fueron procesados pero sin prisión, tres jóvenes de Piriápolis que originaron la gresca con la banda de Toledo. Se trata de Alexis Federico Castaño Gadea, A.J.S.A. y G.A.C.L., quienes fueron imputados por un delito de riña calificada con resultado de lesiones.

Como medida sustitutiva a la prisión están impedidos de concurrir a locales bailables por 3 meses. En cuanto a las tres mujeres detenidas, una de ellas menor de edad, quedaron en libertad ya que si bien estuvieron en Piriápolis aquel fin de semana, no tuvieron participación en ninguno de los hechos.

La maratónica instancia judicial se cumplió en la sede penal de 10° turno, a cargo del doctor Marcelo Souto, y finalizó casi a la hora 4.00 de este jueves. El punto era que el plazo legal de detención de los principales protagonistas de los hechos, vencía la mañana de este jueves.

Ahora, solo resta la captura del autor material de los disparos que efectuara hacia el estacionamiento del pub Tijuana con una pistola 9m.m., uno de los cuales terminó con la vida de Pablo Blois, de 35 años de edad, quien era totalmente ajeno a la pelea que se había suscitado poco antes.

Perdieron

Los dos procesados con prisión, integran una banda considerada “pesada” por la Policía, que se reúne en el Cerro de Montevideo, donde cayeron la mayoría en la jornada del martes, a partir de la detención de un peligroso individuo por parte de personal de una dependencia de la Zona 4 de Montevideo.

Algunas de las detenciones se produjeron en la zona de Playa Pascual y en Paso de la Arena, en fincas que desde hacía varios días ya estaban marcadas por la Policía. Solamente se esperaba reunir la mayor cantidad de pruebas posibles para realizar las detenciones.

La banda -de la cual queda un integrante para detener que está plenamente identificado y su captura radiada a todo el país-, aquel fin de semana había viajado en dos coches a Piriápolis a perpetrar un golpe en una heladería que les reportaría (estimaban) una muy buena suma de dinero.

El viernes 24 ingresaron al departamento de Maldonado por el Peaje Solís en dos coches: un Chevrolet Astra bordó y un Fiat Palio blanco. En el balneario de los cerros alquilaron por teléfono una finca. No llamaron la atención porque eran un grupo más de amigos que llegó a disfrutar del balneario.

Sin embargo, horas después habían comenzado a preparar lo que era su verdadero objetivo, robando una moto Baccio Classic 125 c.c. que utilizarían para perpetrar el golpe en la heladería del balneario sin levantar sospechas, y dejando totalmente limpios los dos coches en los que habían viajado.

El sábado 25 a la noche “salieron a dar una vuelta”, y en el estacionamiento del pub Tijuana de la Parada 10 de Playa Hermosa, tuvieron un encontronazo con una barra de Piriápolis. Fueron como 30 contra 4 integrantes de la barra del Cerro que perdió claramente en aquella disputa.

Andaban en el Chevrolet Astra de color bordó. Cuando retornaron a la casa que habían alquilado, quedaron “pegados” ante sus novias, con las caras magulladas y llenos de golpes. Allí afloró el orgullo y el falso machismo, que llevó a Abel Rollano y al hoy prófugo a treparse a la moto.

Pero no fueron por la revancha a trompadas; llevaron consigo una pistola 9mm y un revólver calibre 38, con la intención de intimidar a sus adversarios en Playa Hermosa, o directamente para herir o matar a uno o a los que fuera necesario con tal de recuperar el “honor perdido”.

No habían pasado más de 10 o 15 minutos de la pelea a trompadas, patadas y botellazos, cuando los dos delincuentes llegaron a la altura de la Parada 10 de Playa Hermosa, comenzando a disparar indiscriminadamente desde Ruta 10 hacia el estacionamiento, donde aún estaban algunos de los rivales.

Fue en ese momento que Pablo Blois (35) se aprestaba a subir al automóvil Chevrolet Spark en el que había llegado poco antes con un amigo para ver como estaba el movimiento en Tijuana. Una de las tantas balas disparadas por los delincuentes, impactó en el cráneo de Blois. Murió segundos después.

Demasiado trabajo

El trabajo de inteligencia realizado por personal de Investigaciones de la Policía de Maldonado al que se sumaron efectivos de Piriápolis, no fue fácil y demandó también la participación de organismos especializados del Ministerio del Interior, en casos complejos y de difícil resolución.

Primero se pudo probar por las filmaciones del Peaje Solís, el ingreso de los dos coches mencionados; segundo, el Chevrolet Astra fue detectado en la estación de servicios Ancap de la rambla de Piriápolis en tres oportunidades. La chapa matrícula no se leía bien pero se vio que era de Artigas.

Se cotejó información y se ubicó a quien había empadronado ese coche en Artigas en el año 2000; pero lo había vendido en Salto, y de allí lo habían vendido en Montevideo, en donde pasó de mano en mano hasta ser adquirido por el primero de los delincuentes detenidos el martes en el Cerro.

Si bien todos reconocían haber llegado a Piriápolis el fin de semana del 24 al 26 de abril con la intención de perpetrar un robo de importancia, ninguno se hacía cargo de haber efectuado los disparos. Las mujeres detenidas fueron las más temerosas, tal vez por miedo a futuras represalias.

Tras matar a Pablo Blois, Rollano y el prófugo, retornaron a la casa, contaron lo ocurrido al resto y decidieron volverse a Montevideo. Salieron en el Chevrolet y en el Fiat, pero además con la moto Baccio robada que luego dejaron tirada entre Playa Verde y Estación Las Flores.

De allí se marcharon hacia Montevideo, nuevamente saliendo por el Peaje Solís (aunque no se encontraron registros fílmicos del pasaje de los coches), y se fondearon en el Cerro y otras zonas, donde pensaron que nunca más serían encontrados. Pero perdieron.

(Foto: MaldonadoNoticias)

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