El candidato a la presidencia del Frente Amplio, visitó este lunes Maldonado donde participó en varias reuniones con militantes, dirigentes y el diputado Eduardo Antonini, en el cierre de la campaña de cara a las elecciones del partido a celebrarse el domingo 5 de diciembre.

 

Entrevistado en el periodístico Frecuencia Abierta de Aspen FM de Punta del Este, una de las figuras más preponderantes hasta hace algunos meses del Pit-Cnt, aseguró que no tenía aspiraciones de competir por la presidencia del Frente Amplio, ni imaginó estar en un escenario como el actual.

“Sencillamente un grupo muy grande de sectores, me propusieron la posibilidad de un consenso amplio para mi candidatura, y me pareció que era la posibilidad de conducir al Frente Amplio para transformarlo, para que sea opción de gobierno, alternativa al modelo neoliberal”, dijo.

Agregó que los objetivos se van logrando y que ya ha recorrido casi todo el país, “para hablar con miles de frenteamplistas y entusiasmarlos con la necesidad de votar el 5 de diciembre para construir el Frente Amplio del futuro, ese que precisa renovación generacional, paridad, transformación de ideas”.

Aseguró que la clave es como se piensa la política desde el progresismo, de los que “soñamos con un país más integrado, más justo socialmente, con distribución de la riqueza y los ingresos; y ese país tiene que enamorar, y se tiene que construir un plan que la gente entienda”.

Promesas incumplidas

En ese marco, Fernando Pereira sostuvo que el actual gobierno prometió “los mejores cinco años de su vida, y estamos atravesando los peores dos: mayor desempleo, caída de jubilaciones y salarios, 100.000 uruguayos nuevos por debajo de la línea de pobreza, 35.000 de ellos niños”.

También criticó la política en materia del precio de los combustibles “cuando se había prometido que no se iban a aumentar por encima del IPC, y naturalmente que la gente de a poco va percibiendo que estas cosas suceden; y cuando perciben que estas cosas suceden empieza a buscar alternativas”.

Por último, consideró que la dirigencia “tiene que estar a la altura y acompañar a ese frenteamplismo que tiene buen estado de ánimo, que juntó 420.000 firmas colectivamente durante la campaña para derogar la LUC; que se ha puesto a su hombro la necesidad de transformar el Frente Amplio para hacerlo una herramienta de cambio”.

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