Ocho familias jóvenes, autoproclamadas campesinas, están al frente de un proyecto en tierras linderas al Cerro de los Burros, al Norte del balneario Playa Verde donde se ha desatado una controversia que no tiene antecedentes. Cuentan con un fuerte apoyo de especialistas en distintas materias y aseguran que su situación es legal.

 

Con grandes diferencias respecto a otro tipo de ocupaciones, generalmente en proximidades de centros urbanos, donde claramente procuran un techo familias de contexto socio-económico crítico, lo que está en sucediendo en predios de Playa Verde por ahora no ha sido frenado por las autoridades.

El lento y complejo sistema jurídico uruguayo, hace que en estos momentos la preferencia la tengan los ocupantes de varios predios -de distintas dimensiones- y no aquellos que poseen la documentación que acredita que son los verdaderos propietarios, algunos residentes en el área.

A medida que pasan los días desde que esta situación tomó estado público, se van conociendo más detalles que identifican a quienes ocupan, cultivan y construyen en el entorno del Cerro de los Burros, sobre Ruta 73, así como la suma de denuncias de todo tipo de parte de los damnificados.

El sábado 17 de abril, en el marco del Día Internacional de las Luchas Campesinas, instituido en el año 1996, la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas de nuestro país, hizo público su apoyo a los ocupantes de las tierras de Playa Verde, que integran el denominado “Colectivo La Tribu”.

La Red Nacional de Semillas de Semillas Nativas y Criollas, está conformada por más de 250 predios familiares, involucrando a más de 350 productores distribuidos en la mayoría de los departamentos del país. Su principal objetivo es el rescate y la revalorización de variedades criollas o tradicionales.

El mismo día, “La Tribu también emitió un comunicado desde el propio Cerro de Los Burros, dirigido a la opinión pública en general, donde se presenta como “un colectivo de campesinos y campesinas en su mayoría jóvenes, perteneciente a la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas”.

Agregan que sienten “la responsabilidad de trabajar en el mejoramiento de las condiciones de vida del entorno inmediato, en el fortalecimiento de los vínculos territoriales y en la protección de los valores patrimoniales, naturales y humanos del lugar que habitamos, todos aspectos de interés general”.

La referencia está vinculada a que el Cerro de los Burros, desde el año 2014 está declarado Monumento Histórico Nacional, tras una serie de gestiones lideradas por una comisión de vecinos, que presentó argumentos suficientes que dan cuenta que allí se encuentran yacimientos arqueológicos de 13.000 años de antigüedad.

“La Tribu” señala que el proceso se está gestando desde hace unos 4 años, para “generar nuevos espacios estableciendo dinámicas transformadoras que garanticen un futuro más justo para las generaciones venideras, asegurando una alimentación orgánica, saludable y de calidad…”.

Asimismo, reivindican su derecho a “un acceso digno a la tierra, al alimento, al trabajo, a la educación, a la salud y a la vivienda”, pero sin mencionar en ningún momento que eso está implicando una ocupación ilegal de tierras que tienen propietarios con derechos adquiridos.

Confirman también que el grupo cuenta con personas “idóneas en diferentes áreas y temáticas, que comprenden conocimientos tan diversos como arqueología, agronomía, apicultura, medicina, psicología, conservación y gestión medioambiental, biodiversidad, gastronomía, arte, ciencia y construcción”.

Esto coincide con lo informado por MaldonadoNoticias tras un operativo de inspección realizado en el lugar: el asentamiento no se está conformando con construcciones precarias, sino que se siguen líneas constructivas que cuentan con tecnologías de punta en materia de generación de energía, por ejemplo.

“La Tribu”, asegura que se basa “en una perspectiva agroecológica entendida como el manejo consciente y equilibrado de los medios naturales, sociales, culturales, políticos, económicos…”, para introducir metodologías “que contribuyan a revertir el deterioro generado por el modelo de producción actual”.

Señala que los avances del proyecto, han contado con el apoyo permanente y sostenido de los “Grupos de Jóvenes por la Soberanía Alimentaria de la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas, con quienes compartimos esta visión común, y que han sido además una escuela de intercambio constante…”.

Entrevistados el jueves en radio RBC de Piriápolis, dos mujeres integrantes de “La Tribu” dijeron que están afincados desde hace 2 años “en un predio que pertenece a nuestro colectivo”, integrado por 8 núcleos familiares. Aclararon que ninguna construcción está destinada a vivienda.

Hablan de un galpón comunitario, y de otra construcción utilizada como banco de semillas. Marcaron que su proyecto es agroecológico porque se basa en una propuesta productiva que cuenta con el asesoramiento de técnicos e ingenieros y que ya cuentan con cientos de metros cultivados con distintas hortalizas.

Dicen haber presentado ante cada denuncia “la documentación correspondiente, todos los papeles que tenemos de este lugar desde que estamos aquí”, y aseguraron que, “hasta el momento no hemos tenido ningún problema porque nuestra situación acá es completamente legal”.

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