Una publicación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) sobre automatización en el empleo, indica que los trabajadores con educación terciaria son los que se ven menos afectados por el avance tecnológico. Su titular, Álvaro García, aseguró que el país está preparado para afrontar ese desafío, que no necesariamente implica la pérdida neta de fuentes de trabajo.
La OPP, a través de su Dirección de Planificación, lanzó la publicación titulada "Automatización y empleo en Uruguay", un estudio que indica que entre 2010 y 2016 se observa un crecimiento de las tareas cognitivas y una caída de las tareas manuales.
Empero, agrega que el tipo de trabajo u ocupación no desaparece sino que cambia la forma de realizarse. En ese sentido se destaca la importancia de contar con educación terciaria ya que es el sector de trabajadores que menos riesgo tiene de automatización.
García explicó que el trabajo estudia las retrospectivas de las actividades de automatización en el Uruguay de pérdida o no del empleo y la prospectiva referida a la misma, que indica que la automatización de las últimas décadas no trajo una pérdida de empleo neta.
“Al mirar hacia adelante podemos suponer que esta automatización no tiene porqué generar pérdida de empleos”, dijo, al tiempo de agregar que la visión de la automatización no debe ser negativa porque por el contrario puede ayudar al Uruguay a recorrer caminos de mejora de la productividad.
Por su parte, el Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, reconoció la necesidad de continuar mejorando en la construcción de estadísticas y bases de datos, que combinen encuestas, consensos y datos administrativos, para lo cual la unificación de la planilla de trabajo entre la cartera y el BPS será clave.
“Estamos avanzando en el concepto de la culminación de estudios para los trabajadores y empresarios en actividad, y en eso el Instituto de Empleo y Formación Profesional renovado y la educación pública están haciendo esfuerzos todavía no suficientes pero importantes”, aseguró.
En la publicación, se aclara que lo que ocurre en Uruguay también se observa en los países desarrollados, porque todas las ocupaciones conllevan un determinado nivel de riesgo de ser automatizadas. A nivel nacional, los sectores de actividad con más riesgo son el agropecuario, la pesca y el forestal en 85%.
Los de menor riesgo son la enseñanza y la salud con 33%. Con respecto al riesgo por categoría ocupacional se destaca, en primer lugar, al personal de apoyo administrativo con 94% y los profesionales, científicos e intelectuales con el menor riesgo, 12%.
Por sexo, los hombres corren más riesgo de automatización, 68%, y las mujeres 60%. Por edades, las personas de menos de 20 años y los adultos mayores de 50 son los más propensos a ese peligro. Según la publicación, en la historia económica se identifican 5 revoluciones tecnológicas en el mundo, pautadas por la creación y destrucción del empleo.
La sexta, que es la que estamos atravesando, está en fase de surgimiento sobre la base de la revolución digital, caracterizada por el desarrollo sustentable y las aplicaciones a la matriz productiva de la biotecnología y nanotecnología, agrega el trabajo de la OPP.