El gobierno de China concretó una donación al SINAE, consistente en maquinaria y equipamiento, valuada en un US$ 1 millón. Incluye un ómnibus para montar un comando de crisis y gestión de la información en cualquier punto del país. Gran parte de la donación será distribuida entre todas las intendencias y municipios del país.
La donación incluye maquinaria para el combate de incendios forestales y de campo (chipeadoras, motosierras, minicargadoras), insumos para eventos de frío polar e inundaciones (contenedores, tachos térmicos), y también equipamiento para búsqueda y rescate de personas en estructuras colapsadas.
Otros insumos destacados son computadoras, impresoras, proyectores, tabletas, equipamiento de telefonía celular, un camión con caja cerrada de ocho toneladas y una oficina instalada en un ómnibus totalmente equipado para instalar un comando de crisis y gestión de la información y comunicación de manera autónoma.
El sub secretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, en nombre del gobierno uruguayo agradeció a su par chino la generosidad, que, “sin dudas, responde a los lazos de amistad y hermandad que unen a ambos pueblos”, mediante una profunda relación diplomática, de cooperación e intercambio cultural.
En la ceremonia de entrega, participaron el embajador de China en Uruguay, Dong Xiaojun, junto con la directora ejecutiva de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI), Andrea Vignolo, y el director del Sistema Nacional de Emergencias (SINAE), Fernando Traversa.
Llegará a todos
Traversa, adelantó que parte del equipamiento será entregado a la dirección Nacional de Bomberos, para mejorar las capacidades ante incendios forestales, a los 19 gobiernos departamentales y a los 130 municipios del país para que sumen a sus equipamientos actuales.
Remarcó se contribuye para que el país cumpla 2 de las 4 prioridades adoptadas por la comunidad internacional en el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030: invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia y mejorar la preparación para desastres, a fin de responder de forma eficaz ante la crisis y en la posterior fase de reconstrucción.