El reclamo ha sido formulado por la Comunidad Piriápolis a UNESCO (COPaU), y refiere al amplio espacio delimitado por rambla De los Argentinos, calles Manuel Haedo, Julián Álvarez y avenida de circunvalación Zabala, al Oeste del centro de la ciudad y sobre la zona costera, conocido como Plaza de la Madre.
La Comunidad Piriápolis a UNESCO, ha dado visibilidad a su preocupación ante la posible venta del último espacio verde público, ubicado sobre rambla De los Argentinos, y delimitado además por calles Manuel Haedo, Julián Álvarez y avenida de circunvalación Zabala, al Oeste del centro de la ciudad.
COPaU, en una nota divulgada este fin de semana, señala que “los espacios públicos también son parte del patrimonio a proteger. Apostamos a un desarrollo territorial sostenible, que valore tanto el capital cultural como el natural, y que fortalezca el camino hacia el reconocimiento de Piriápolis como sitio patrimonial UNESCO”.
“En particular, expresamos nuestra disconformidad con la decisión de enajenar la Plaza de la Madre, sin una instancia adecuada de participación ciudadana. Nos preocupa que bajo la premisa de generar ingresos para subsidiar obras de recuperación edilicia histórica-cultural, se puedan comprometer valores fundamentales del patrimonio común”, expresa la carta.
Más adelante, invita a las autoridades a la reflexión y a considerar “de forma racional los atributos socioculturales -entendidos como el conjunto de valores, normas y prácticas de una comunidad-, así como los valores patrimoniales en su contexto territorial” incorporando el principio de sostenibilidad en todas las decisiones y planes de acción.
“Nos interpela críticamente la posibilidad de perder un espacio público, el último de este tipo sobre nuestro principal paseo costero, con el objetivo de obtener recursos para la recuperación del mismo patrimonio material que desde nuestro grupo de trabajo procuramos y alentamos a proteger”, se señala más adelante.
“Los espacios públicos de Piriápolis también forman parte del patrimonio que aspiramos a conservar y revalorizar. En este sentido, la Plaza de la Madre debe destacarse como una manifestación cultural viva, un acervo que promueve relaciones más equilibradas entre los territorios”, ya que allí se realizan periódicamente distintos eventos.
En la carta, se insiste además en que, “los íconos patrimoniales, entre ellos los espacios públicos -frecuentemente subvalorados- deben considerarse más que meros recursos económicos”, porque, “son factores de identidad, cohesión social y territorial, fundamentales para avanzar con decisión hacia la sostenibilidad”.
La propuesta
Finalmente, la Comunidad Piriápolis a UNESCO propone que se tengan en cuenta los siguientes puntos con el objetivo de “proteger nuestro patrimonio sin perder los valores comunitarios”:
“Es esencial abordar una estrategia de sostenibilidad territorial con perspectiva de futuro, conservando el capital cultural y natural de nuestros espacios públicos como base para el desarrollo del conocimiento y el progreso local.
En el marco de una visión contemporánea del patrimonio y su uso sostenible, resulta clave dar voz a todos los actores (políticos, institucionales, sociales y económicos) que habitan, valoran, gestionan y moldean nuestro territorio.
Ante los riesgos de una ‘descapitalización’ permanente del patrimonio, se requieren mecanismos compensatorios que aseguren la continuidad de estos capitales críticos. Por ejemplo, los ingresos generados por el uso de espacios públicos por parte de actores privados podrían ser considerados como ‘pagos por servicios ambientales’, lo cual permitiría compensar a quienes protegen el patrimonio natural y el capital cultural -en este caso, el municipio- y, al mismo tiempo, establecer puentes de colaboración entre el ámbito público y el privado para un uso sostenible de los bienes comunes.
Proponemos la creación de una ‘Plataforma de Comunicación’, en el marco de decisiones tan relevantes como la posible venta de lugares públicos o de bienes patrimoniales. Este espacio de participación debe actuar como punto de encuentro entre las partes interesadas: agentes económicos, sociales, autoridades y sociedad civil, promoviendo un enfoque colectivo y creativo.
Además de su dimensión informativa, debe reunir buenas prácticas, experiencias positivas de gestión, planificación y participación, y fomentar un efecto demostrativo que sume valor, experiencia y conocimiento aplicado.
Nuestros sitios patrimoniales son el legado que recibimos del pasado, con el que convivimos hoy y que dejaremos a las generaciones futuras. Por eso entendemos que la sostenibilidad territorial es una herramienta avanzada para gestionar con racionalidad nuestra riqueza patrimonial, el capital natural y el acervo cultural local.
Su aplicación permitiría que cada comunidad aproveche sus propios recursos y capacidades, preserve su identidad y continúe beneficiándose -de manera equilibrada y perdurable- de los ecosistemas y espacios verdes que la rodean.
Hablar de patrimonio -sea natural, cultural o paisajístico- implica desarrollar una nueva visión capaz de promover procesos más sostenibles y territorios más cohesionados.
No nos oponemos al desarrollo de Piriápolis. Por el contrario, invitamos a que dicho desarrollo sea respetuoso con la sociedad, con nuestra cultura y con el modelo económico que nos distingue y nos da identidad, tanto a nivel nacional como regional”.