Días atrás, el Gobierno argentino intentó demostrarle al mundo que se encuentra sólido para el cumplimiento de sus obligaciones externas. A tales efectos, estructuró un proyecto para canjear vencimientos de deuda 2015 con un objetivo meta de aceptación de al menos Usd 3.000 millones.
Contra entrega de dichos títulos, quien aceptara la propuesta, podría optar por recibir efectivo en dólares, o títulos públicos a más largo plazo. Si el plan resultaba exitoso, implicaría un rotundo espaldarazo a la conducción económica actual, y demostraría que los inversores externos (e internos) confían en la política económica de nuestra querida Argentina.
Pero resultó en un gran fracaso. El pasado viernes 12 de diciembre, el Ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, intentó por todos los medios posibles, demostrar las razones por las que ha fracasado dicho canje. No se alcanzó al 16% del objetivo con todas las opciones presentadas. Del universo de bonistas que podía acceder al canje por efectivo, menos del 2% aceptó la propuesta.
Sus explicaciones son dignas de varios analistas locales: el fracaso del canje es consecuencia del viento de frente que azota al mundo en la actualidad.
Así como varios políticos de la oposición local, y sus asesores económicos se han cansado de intentar explicar el crecimiento económico uruguayo de los últimos años por motivaciones externas (el viento de cola); el Ministro de Economía argentino explica el fracaso del canje por adversidades de los mercados externos, o sea, el mismo razonamiento.
A partir de aquí el Ministro argentino podría perfectamente asesorar al Dr. Lacalle Pou o al Dr. Bordaberry (y a algún candidato municipal), por la similitud de sus comentarios con los que escuchamos de los asesores locales.
Lo que no ha comentado el Ministro argentino, es la débil estructura de su propuesta de canje, y el desconocimiento de los mercados que se desprende de ella.
De antemano se sabía que no iba a ser fuerte la demanda por el mismo, ya que la propuesta no era interesante. Esta es la raíz del rechazo a la misma, y no los vientos de turno.
A nivel departamental o nacional, una buena utilización del canje podría haber sido la válvula de escape para inversiones inmobiliarias (o directas) externas, que bien nos podría haber beneficiado, ya que implicaba el cobro de efectivo fuera del país.
Pero nuestros operadores y agentes empresariales probablemente han escuchado a los analistas locales mencionados, y preocupados por los vientos, no se han percatado de ello, desaprovechando una situación que no se repetirá. Es otra oportunidad perdida que engrosa la lista de lo que el viento se llevó.
*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es Sub Director Gral. de Hacienda de la Intendencia Departamental de Maldonado. Es asesor de inversiones financieras.