Luego de casi un mes de paz cambiaria, en esta semana el dólar americano volvió a retomar la tendencia alcista de comienzos del segundo trimestre.
En nuestro país el dólar interbancario cotizó a $ 30,686, volviendo a los valores de principios de agosto. En el mundo, la suerte fue dispar: como era de esperar, cuanto mayor la debilidad técnica de los mercados, mayor el aumento del precio del dólar.
El objetivo favorito de los mercados fue Turquía. La lira turca ha caído más del 30% en lo que va de 2018, y la devaluación de la moneda local en dicho país se ha profundizado en los últimos días. Turquía ha enfrentado un fuerte déficit en su cuenta corriente, superior al 5% en 2017, y para dominar la situación económica, las autoridades locales han subido las tasas de interés locales y reducido en un 16% sus reservas internacionales.
Lejos de detener la sangría en los mercados locales, parece que las medidas no han sido suficientes, y el propio Euro se ha visto golpeado por efecto rebote, ante la preocupación de la situación de los bancos europeos expuestos a esta crisis turca.
El segundo país afectado ha sido Argentina, donde el dólar ha subido fuertemente en las últimas dos sesiones, y los operadores locales han manifestado que se constata una importante fuga de capitales con ventas masivas de papeles argentinos.
La exorbitante tasa de interés que ofrece el pobre equipo económico argentino del 40% nominal, y las intervenciones del Banco Central de Argentina en el mercado, no han sido suficientes para frenar la nueva corrida. Es que el problema de fondo ha sido el fracaso de la política económica del gobierno del Ing. Macri, y la ausencia de un plan creíble de la mano del FMI.
La única duda que persiste en Argentina es hasta cuándo se elevará el valor de la moneda extranjera, y cuál será la caída del PIB en estos próximos semestres. El default de su abultada deuda comienza a rondar como alternativa cada vez más posible.
Sudáfrica, India, Indonesia, México y Brasil; siguen en la lista de las próximas víctimas del ataque de pánico de los mercados, varias empresas y autoridades municipales la engrosan. Nuestro país se encuentra fuera de esta lista, por el momento nuestra economía está en buenas manos, y así lo reconocen los inversores.
Sin embargo, no escaparemos de algunas de sus consecuencias. Cuanto mayor la exposición de los agentes a los mercados cambiarios o de deudas, mayor su vulnerabilidad. En tal caso, en mal momento cae el planteo presupuestario de la Intendencia de Maldonado, que, al no haber reducido el endeudamiento público, pretende incrementarlo. Son tiempos de buena administración de las deudas, así lo manifiestan los mercados. De lo contrario, la crisis iniciada en Turquía terminará incorporándonos en esa larga lista de próximas víctimas.
*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.