*) Enrique M. González Vilar Laudani
Juan era tan buen padre como trabajador. Su esposa estaba visitando a un familiar enfermo, y ese domingo se quedó solo en su casa, cuidando a su hijo, quien llevaba orgulloso el nombre de su progenitor.
El Nene tenía cinco añitos y como todo niño de esa edad, era muy inquieto y curioso. Todo le llamaba la atención, especialmente los animales, la naturaleza y… los dibujos animados.
Luego del mediodía, Juan recibió un llamado urgente de su jefe, se había descompuesto una máquina esencial para mantener la producción y le requerían pasar unos minutos por la fábrica, para habilitar con su clave el proceso que la recompondría.
Debido a ser muy responsable, se sintió preocupado. Por un lado lo necesitaban en su trabajo, y por otro no quería dejar a su hijo solo, aún por pocos minutos, (su lugar de trabajo estaba a un par de kilómetros y su esposa no podría venir a tiempo y quedarse con el Nene).
¡Se le ocurrió entonces una brillante idea!. Sabiendo que a Juancito le gustaban tanto los rompecabezas, buscó uno que tenía guardado para regalarle cuando fuese mayor. El juego era muy difícil, ya que tenía en uno de los lados un mapamundi con las divisiones de todos los continentes, países y ciudades, mares y océanos, todo dividido en tan pequeñas piezas que hasta un adulto estaría muchas horas para armarlo.
Se dijo a sí mismo: “Le doy este juego y cuando yo vuelva ni siquiera se dará cuenta que me fui y se pasará varios días para resolverlo. Seguramente terminará pidiendo mi ayuda”.
Cuando le ofreció al Nene el rompecabezas, saltó de alegría por el nuevo regalo, y sabiendo por su padre que sería muy difícil armarlo, se lo sacó de las manos, se sentó en el piso del comedor y volcando la caja, formó una montaña de piezas, aceptando el gran desafío que su papá le había dado: ¡Arreglar el Mundo!.
Juan salió tranquilo y se dirigió a su trabajo. Al cabo de 15 minutos estaba de nuevo en su casa. Entro confiado en que el Nene estaría aun colocando las primeras piezas de tan complicado juego… y grande fue su sorpresa al verlo sentado mirando la televisión, con el rompecabezas totalmente armado, cada pieza en su lugar, realizado en tiempo record.
Intrigado le preguntó a su hijo cómo había “arreglado el Mundo” tan rápido. El Nene, sin sacar la vista de su programa favorito, le dijo: ´Muy fácil papá. Del otro lado del rompecabezas estaba la figura de un hombre, así que “arreglé” primero al hombre, di vuelta el cartón… ¡Y el Mundo se había arreglado solo!.
Este relato es la introducción perfecta para continuar con nuestro tema de la semana pasada. Habíamos hablado de tener una meta, un sueño, un logro. Dijimos que podría ser “TENER algo” o llegar a “SER algo”; y que íbamos a fijarnos en cuatro grandes campos en los que podríamos progresar, ya que SER es mucho más importante que TENER y que la primera cosa lleva a la segunda.
En general, podemos progresar, aumentar nuestro bienestar en los siguientes planos: Físicamente (incluye salud), Espiritualmente (incluye lo emocional), Mentalmente (incluye lo intelectual) y Socialmente (incluye las relaciones interpersonales).
Lo que te sugiero es que elijas uno de las categorías y dentro de ellas algún ítem específico que vengas cargando hace tiempo. Por ejemplo: solucionar algún problema digestivo, desarrollar la capacidad de perdonar, aprender un oficio u arte nuevo o mejorar la manera en que te comunicas con los compañeros de trabajo.
Parecen tonterías, pero ¿cuántos años llevas arrastrando cosas que no se solucionan?. ¿Por qué seguir soportándolas?. El elegir desarrollarnos en algo implica aprender todo sobre el tema en cuestión, incluso sus causas y consecuencias, buscar la solución más adecuada a uno y poner todo el empeño en resolverlo.
Hay cosas que dependen de otros y si bien pueden arreglarse, es un poco más difícil y requiere usar otras herramientas, pero hay una multitud de cosas que podes mejorar en tu vida para ser más feliz, sentirte más pleno, si estás dispuesto a pagar el precio requerido.
Para finalizar, solo quiero decirte que ¡podes “arreglar el mundo” que te rodea!. Lo podes lograr al llegar a SER lo que soñas, es decir “arreglarte vos mismo” y enfocarte en tu interior. Entonces, cuando progreses hacia tu meta, verás que simultáneamente el “afuera” irá cambiando contigo. ¡No sabes el gran potencial que tienes!. ¡Sos una persona muy especial! ¿Intentamos juntos “arreglar” nuestro SER?.
*) Periodista (Universidad Nacional de la Matanza - Bs. As. - Argentina). Director de Seminarios e Institutos en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para las sedes Morón, Quilmes y Merlo (todo en Bs. As.).
Docente y Profesor en religión para jóvenes de 14 a 30 años. Director del Programa de Becas Educativas (FPE) de la Iglesia en Instituto SEI Merlo. Coach y Orientador Educativo en el mismo Instituto.
Todo esto fue realizado desde 1986 a 2013. Coach de Vida y Facilitador de proyectos personales (Estudios con la Licenciada Graciela Sessarego - Venezuela).
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