El economista argentino Miguel Broda, de tinte liberal ortodoxo, describe perfectamente la situación actual de Argentina: “Cuando uno prende el aire acondicionado (la política monetaria) y la calefacción (política fiscal) al mismo tiempo, el resultado es una temperatura que no es la que ni usted ni su mujer quieren”.
En pocas palabras, lo que nos dice es que las políticas fiscal y monetaria, ejecutadas actualmente en Argentina por el Gobierno de Mauricio Macri, son equivocadas e ineficientes en el corto plazo, e inestables en el largo plazo. Tan erradas son, que ni la población, ni el propio Gobierno se encuentran conformes con los resultados obtenidos.
Dichas políticas, tal como en esta página hemos anunciado desde hace más de un año, han llevado a que la economía argentina innecesariamente se hundiese en una espiral de inflación demasiado alta, desempleo y estancamiento; que bien podrían haberse evitado en el correr de los últimos 15 meses.
Es más, la actual Administración perdió una inmejorable oportunidad de realizar cambios económicos estructurales en los primeros meses del año, en conjunto con un exitoso plan de blanqueo de capitales; este sí, bien planeado y ejecutado.
Pero sí que hay beneficiados con la magra performance de la economía real argentina. Quienes especulan con el tipo de cambio -también innecesariamente retrasado-, y el sobreendeudamiento externo que parece no tener límites, han jugado a ganador en estos primeros meses del gobierno de los Ceos. Montándose en la bicicleta financiera, compran pesos a cambio de dólares (hundiendo así aún más el valor de este último), lo colocan a más del 24% en deuda de corto plazo argentina, y luego de algunos meses los vuelven a cambiar a dólares (aún retrasado) obteniendo altísima rentabilidad en moneda extranjera.
El Gobierno parece no preocuparse por ello, por el contrario, su política monetaria (el aire acondicionado) es factor determinante de ello. Por otro lado, con gran decepción, los economistas del área liberal encuentran que el gasto público (la calefacción) crece, y con ello el endeudamiento, reforzando la bicicleta financiera.
En el medio de ello, los grandes operadores financieros obtienen rentas que en palabras de Nicolás Caputo, el buen Ministro de Finanzas, son de las más altas del mundo; aunque el sector productivo real siga comprimiéndose y la economía finalmente crezca en un magro 1.6% este año 2017. Es que el juego de la calefacción y el aire acondicionado, deprimen aún más la recuperación económica real, a expensas de la especulación financiera.
Se necesitarán más técnicos como Caputo en el equipo de los Ceos, si es que se quiere recibir la tan esperada lluvia de inversiones. Fundamentalmente, algunos que sean menos empresarios y más economistas, no sea que la bicicleta financiera termine pinchando, y ello lleve a Argentina a descarrilarse como tantas veces lo ha hecho en el pasado.
*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.