El Municipio de San Carlos colocó cartelería que advierte sobre el peligro de derrumbe del Molino Lavagna y prohibió el ingreso. Distintos proyectos de recuperación manejados en los últimos años, tanto para el edificio como para su entorno, han naufragado.
El Municipio de San Carlos advierte que el Molino Lavagna se encuentra con riesgo de derrumbe, y exhorta a mantener una distancia prudencial del edificio. Aunque por el momento no hay un vallado perimetral, se instalaron carteles advirtiendo sobre los riesgos.
Ícono de la otrora pujante industria harinera uruguaya, el Molino Lavagna fue declarado Monumento Histórico Nacional en el año 2005. Empero, desde entonces, ni desde lo local ni desde lo nacional, se terminó de elaborar un plan de recuperación por falta de recursos.
A comienzos del año 2016, el edil frenteamplista Federico Martínez, fue uno de los promotores de la denuncia formulada ante la Junta Departamental de Maldonado, respecto al estado en que se encontraba el Molino Lavagna, que es propiedad municipal desde el año 1998.
Martínez, entrevistado en el periodístico Frecuencia Abierta de Aspen FM de Punta del Este, recordaba que desde el año 2005 esas instalaciones son Patrimonio Histórico Nacional, y desde el año 1998 propiedad de la Intendencia de Maldonado.
Reconoció que los sucesivos gobiernos departamentales y nacionales, no dedicaron nada para recuperar el edificio, y explicó que el pedido elevado a la Junta Departamental de Maldonado, era para que se tomara en cuenta el estado en que se encontraba el Molino Lavagna.
Aseguraba que se constataba un alto grado de abandono, pero que además hasta había gente viviendo y restos de motos y bicicletas que seguramente habían sido objeto de robos. “Queremos saber que planes hay a futuro”, porque el riesgo de perder todo es inminente.
Recordaba que el turismo histórico es creciente, y que incluso el Molino Lavagna había sido visitado en algunas oportunidades de la mano de guías y tomando las medidas de seguridad adecuadas, pero que en aquel momento “visitarlo masivamente puede ser peligroso”.
Una idea
Cabe recordar que, en 2012 el arquitecto Pedro Berger, docente del Centro Universitario de la Región Este (Cure), presentó un proyecto realizado con sus alumnos para convertir el entorno del molino Lavagna, en un espacio de aprovechamiento público revalorizado.
El proyecto consistía en diseñar todo el entorno del molino, como una forma de elevar el valor del lugar, transformándolo en un espacio público para el uso de la población en general. En esta área participaron estudiantes de paisajismo y de gestión ambiental.
Sin embargo, el proyecto no preveía el abordaje del edificio en si por los altos costos de inversión de demandaba su recuperación. La estrategia era precisamente desarrollar un parque que hiciera visible al propio Molino, de manera de incentivar proyectos futuros.
Rica historia
La industria harinera en Uruguay tuvo su época de oro a principios del siglo XIX, proliferando en todo el país más de cien molinos harineros, varios de ellos en el departamento de Maldonado (San Carlos, Maldonado, Pan de Azúcar).
El Molino Lavagna fue construido en 1884 a orillas del arroyo Maldonado por iniciativa de Ignacio Lavagna, un italiano radicado en la ciudad de San Carlos, que tuvo la visión de apelar a la energía hidráulica para hacerlo funcionar.
Algo similar rodea la historia del Molino Schiavone, ubicado sobre el arroyo Pan de Azúcar, a mitad de camino entre la ciudad homónima y la pequeña localidad de Kilómetro 110, donde se utilizó energía hidráulica para mover los equipos.
En el año 1928, tras un gigantesco incendio, las instalaciones del Molino Lavagna fueron renovadas con material importado de Alemania por Carlos Lavagna, hijo del fundador de aquella empresa. El molino definitivamente dejó de funcionar en 1931.
El cierre ocurrió tras la muerte de Carlos Lavagna, único propietario de aquel emprendimiento industrial que quedaba con vida. Con el cierre, se retiró toda la maquinaria, quedando solamente el edificio que con los años cobró un gran valor histórico.
