Un individuo de 35 años de edad, poseedor de varios antecedentes por violencia privada, es investigado como autor de un hurto cometido en una parada de ómnibus del centro de Maldonado. Bajo amenazas, se hizo de un teléfono celular.
El miércoles 31 de enero, el Juez Penal de 11º Turno formalizó la investigación de José María Díaz González, de 35 años, acusado por un delito de hurto especialmente agravado, encontrándose el proceso suspendido por lo cual el imputado permanece en libertad.
En el entorno de la hora 3.35 del martes 30 de enero, un hombre fue víctima de un hurto (casi fue una rapiña) mientras se encontraba en una parada de ómnibus ubicada en las calles Sarandí y Dr. Edye, en pleno centro de la ciudad de Maldonado.
El hombre expresó a los primeros policías que acudieron al lugar, que un desconocido se le acercó y lo amenazó haciendo notar que guardaba un arma de fuego entre sus ropas, aunque nunca la mostró. De esa forma se hizo de un teléfono celular.
El caso fue derivado a Investigaciones del Distrito 2, que con algunos datos aportados por la víctima más otros elementos recogidos, dio con quien resultó ser Díaz González, conocido delincuente y poseedor de varios antecedentes por delitos de violencia.
Es bravo
Su último antecedente data del mes de junio de 2015 cuando fue enviado a la cárcel junto a su pareja, por maltratos hacia dos hijas de la mujer de 5 y 8 años de edad. El caso quedó al descubierto a raíz de un incendio en el asentamiento Los Eucaliptos.
Durante las averiguaciones e investigaciones que efectuaba la Policía, se pudo saber que la pareja tenía problemas con el abuso de drogas y que incluso consumía frente a las menores, quienes a su vez no solo eran maltratadas sino mal cuidadas.
La Unidad Especializada en Violencia Doméstica y de Género de Maldonado abordó el caso y lo pasó a la Justicia. La titular de la sede Penal de 4° turno dispuso que las niñas fueran internadas en INAU por amparo, y dictaminó el procesamiento con prisión de la madre y el padrastro.
José María Díaz González fue a prisión como autor de un delito de violencia privada, idéntica imputación por la que ya había estado encarcelado anteriormente. La madre de las niñas, fue imputada por un delito de omisión de los deberes inherentes de la patria potestad.