El único detenido en la operación “Entenado” fue condenado por tenencia de sustancias estupefacientes no para consumo y tráfico interno de armas y municiones. Pasará dos años en prisión y uno más en régimen de libertad vigilada.

La Justicia Penal de San Carlos condenó a G.J.F.D., de 22 años, a 2 años de prisión efectiva y a otro de libertad vigilada por los delitos de tenencia no para consumo de sustancias estupefacientes, en régimen de reiteración real, con un delito de tráfico interno de armas y municiones.

Se trata del joven que resultara detenido durante el allanamiento realizado en una casa del barrio Del Core de San Carlos donde funcionaba una boca de venta de drogas, y en la que además se incautaron sustancias estupefacientes, armas, proyectiles y otros efectos.

Tras los dos años de cárcel, G.J.F.D. fijará domicilio, tendrá cierre de fronteras y deberá presentarse una vez por semana en la dependencia policial más cercana a su casa, que en este caso será la seccional 2ª de San Carlos si es que sigue viviendo en esa ciudad.

Como lo adelantó MaldonadoNoticias, la operación “Entenado” fue realizada el miércoles por la Brigada Antidrogas de Maldonado, en una vivienda del barrio Del Core de San Carlos, tras un largo trabajo de investigación que confirmó que en el lugar operaba una boca de venta de drogas.

Obtenida la orden de allanamiento, la Policía se presentó en una finca ubicada en calle Dr. Mautone esquina Juana Tabares, al Noroeste del centro de la ciudad carolina, donde resultó detenido G.J.F.D. quien tras ser indagado quedó a disposición judicial.

En la casa se incautó una pistola calibre 22 con 10 proyectiles en el cargador; 7 proyectiles calibre 38, 10 proyectiles calibre 22, y 3 cartuchos de escopeta calibre 12; además de 1 pistola de aire comprimido, 1 chumbera, 2 miras telescópicas y parte de un chaleco antibalas.

Asimismo se encontraron 416 dosis -que no se especificó si son de cocaína o pasta base-, 15 envoltorios conteniendo marihuana y $ 2.206. Por otra parte se encontraron 4 handys que probablemente permitían al dueño de la boca mantenerse comunicado con eventuales colaboradores.