Se trata de un individuo de 33 años intervenido por efectivos del grupo PADO durante un operativo en calles de ese barrio carolino. En otro caso, un joven requerido desde hace más de dos años y medio, fue detenido en Maldonado y condenado por tenencia ilegal de un arma de fuego.

El sábado 31 de julio, mientras se realizaba un operativo policial a la altura de calle Granada, en el barrio Asturias de San Carlos, personal del grupo PADO de la Zona Operacional 3, intervino a un hombre identificado como L.P.H.M., de 33 años.

Al ser revisado, entre sus ropas llevaba una suma de dinero no precisada y 21 dosis de cocaína por lo cual quedó detenido y fue trasladado a dependencias policiales del centro de la ciudad carolina.

Realizadas las actuaciones correspondientes, desde Fiscalía se dispuso que compareciera ante la sede Penal de 1er. Turno de la ciudad, donde L.P.H.M. resultó formalizado y enviado a prisión preventiva.

Está imputado como presunto autor de un delito de violación al Artículo 31 de la Ley N° 14.294, en la modalidad de venta y negociación de sustancias estupefacientes. La prisión preventiva dispuesta es por 150 días.

Armado

A todo esto, días atrás en la sede Penal de 11° Turno de la ciudad de Maldonado, fue condenado G.M.B.M., de 25 años, como autor de un delito de tráfico interno de arma de fuego y municiones, con un delito de porte y tenencia de arma de fuego en lugares públicos.

La pena impuesta es de 8 meses de libertad a prueba: los dos primeros meses cumplirá arresto domiciliario nocturno, y durante todo el plazo tendrá que presentarse una vez por semana ante la Policía y realizar tareas comunitarias dos horas por semana.

G.M.B.M., fue detenido por efectivos del PADO de Zona 2 que patrullaban el barrio Maldonado Nuevo, ya que sobre él pesaba una requisitoria desde el mes de enero de 2019; en aquella oportunidad, se dio a la fuga de un control policial que se realizaba en calles Agapito Parabera y Simón del Pino.

En la huida, G.M.B.M. se descartó de un arma de fuego calibre 38 y luego ingresó a su domicilio; mientras un familiar hablaba con los efectivos policiales que iban tras sus pasos, huyó por los fondos del predio y nunca más pudo ser ubicado hasta los últimos días.