La DINARA divulgó una nota técnica de la licenciada Ana Martínez, donde se explican las razones del fenómeno que se ha estado observando en costas de Rocha y Maldonado semanas atrás. Reconoció que con esta magnitud no hay antecedentes.

“La bioluminiscencia es un fenómeno común a varias especies de dinoflagelados (componentes del fitoplancton)”, y la emisión de luz “se debe a un mecanismo de defensa de estos organismos que se activa a través de una reacción química en el interior de su célula”, explicó Ana Martínez.

Estos organismos, “poseen una proteína Luciferina (derivado de la clorofila) y la enzima catalizadora Luciferasa”. La enzima mencionada se oxida, generando oxiluciferina, la cual necesita ATP (Adenosina tri fosfato) que proporciona energía para excitar sus moléculas.

“Posteriormente los átomos de oxiluciferina vuelven a su estado fundamental emitiendo energía en forma de fotones, es decir, luz. Esta reacción se produciría sin la necesidad de la luciferasa, pero al tratarse de un mecanismo de defensa la bioluminiscencia debe producirse en cuestión de segundos. Por esa razón se requiere la enzima luciferasa que hace que la reacción sea mucho más rápida”, explica Ana Martínez.

Como en general estos organismos se encuentran en grandes cantidades, el movimiento de las olas genera que todos emitan una intensa luz azul “haciendo de esto un maravilloso espectáculo”, reconoce la experta, quien hace otras aclaraciones.

Acota que, “no obstante, no sólo las olas pueden activarlo sino que cualquier otro tipo de movimiento como puede ser el de un remo entrando en el agua o un kayak navegando. Noctiluca scintillans es el caso más típico de dinoflagelado bioluminiscente pero no es el único”.

El fenómeno se está registrando desde mediados del mes de marzo, produciendo bioluminiscencia a lo largo de toda la costa del departamento de Rocha (desde la Paloma hasta Barra del Chuy, con diferente intensidad) y en la costa del departamento de Maldonado.

En este caso el responsable de esa bioluminiscencia es Alexandrium fraterculus, asimismo responsable de teñir de rojo el agua en los sitios de mayor densidad. “Este dinoflagelado no es tóxico, pero altas densidades de organismos, provocan

acumulación de grandes cantidades de amonio (sustancia natural de excreción), causante de la irritación en los ojos que ha provocado gran molestia a los surfistas”, señaló la técnica de la DINARA.

“Floraciones (explosiones poblacionales) de Alexandrium fraterculus son frecuentes en verano-otoño en nuestra costa pero no de tal magnitud y hasta el momento no se había registrado bioluminiscencia asociada a él. Tal vez, al igual que otras especies del género Alexandrium, presenta cepas bioluminiscentes y otras no”, explicó.

Finalmente Ana Martínez graficó que un fenómeno similar a este, y de igual magnitud, ocurre algunos otoños en las costas de San Diego (California) debido a otro dinoflagelado Lingulodinium polyedrum el cual, al igual que Alexandrium fraterculus, tiñe de rojo el agua.

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