Los cuatro detenidos por el homicidio de Sebastián “Calavera” Fernández (26), recuperaron la libertad este viernes y la Policía quedó con las manos vacías. Los distintos procedimientos realizados, han chocado con el muro del silencio: nadie sabe nada, nadie vio nada.

Tres hombres y una mujer que permanecían detenidos en el marco de la investigación del asesinato ocurrido en Nochebuena en Maldonado Nuevo, recuperaron su libertad en las últimas horas de este viernes, al vencer los plazos legales.

En la mañana de esta jornada, personal policial de la seccional 6ª realizó dos allanamientos en los que no pudo encontrar un solo elemento probatorio de lo ocurrido sobre la hora 23.00 de ese día en la finca que se presume es una boca de venta de drogas.

El “Calavera” Fernández concurrió allí porque estaría vinculado a la venta de drogas, y alguien de otro bando lo estaba siguiendo. No sería un desconocido quien le descerrajó los 4 balazos que le segaron la vida, por eso se colocó una careta.

Ni indagados ni detenidos dijeron que en el lugar del homicidio funcionaría una boca de venta de drogas; sin embargo alguien pudo haber disparado de allí tras el hecho de sangre, llevándose eventualmente droga, dinero y el arma homicida.

Hasta el momento, la Policía no ha podido encontrar nada de lo mencionado; tampoco la careta utilizada por el asesino y menos aún el revólver calibre 38 que seguramente ya pasó de mano en mano y quedó fuera del alcance de la investigación.

A Sebastián Fernández Cabrera, de 26 años de edad, lo habrían mandado matar para “marcar” territorios narcos; no debería dinero a nadie pero vendería para alguien. Hubo algunos episodios el pasado jueves que revelarían esa disputa.

El joven vivía a pocas cuadras del lugar donde lo ultimaron, donde se estima que había varias personas que sabrían cada detalle de lo ocurrido; sin embargo, cuando llegó la Policía no había nadie y posteriormente nadie testificó nada.

Según fuentes consultadas por MaldonadoNoticias, el esclarecimiento del asesinato solo podrá lograrse si alguien “se abre” o comete el error de hablar del tema en alguna parte. De otro modo, la muerte del “Calavera” podría saldarse con más violencia.

El jueves -al día siguiente del homicidio-, hubo algunos episodios y movimientos amenazantes e intimidatorios de individuos considerados pesados y con antecedentes, que confirmarían las disputas entre grupos narcos.

El tema plantea una gran interrogante que por otra parte genera una extrema preocupación: ¿en Maldonado los territorios por la venta de drogas se definen cobrando vidas y la Policía no puede frenar esa escalada de violencia?.

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