El hombre detenido, de 73 años, tenía Alerta Roja y se lo relaciona con Gerardo González Valencia, quien vivía en Punta del Este desde 2011 y fue detenido en 2016 mientras se encontraba transitoriamente en Montevideo, para finalmente ser extraditado a Estados Unidos en mayo de 2020.
En un discreto operativo, funcionarios de Interpol detuvieron este martes 30 de mayo en el centro de la ciudad de Maldonado, a un argentino de 73 años que figuraba con Alerta Roja. Se lo vincula con el integrante del cártel mexicano de “Los Cuinis” detenido en Punta del Este en 2016, Gerardo González Valencia.
Según datos divulgados por medios capitalinos, sería un hombre de máxima confianza del cártel mexicano, una de las organizaciones ilegales más poderosas económicamente del mundo, y trabajaría desde hace una década en el diseño de la estructura financiera que permite el lavado de activos provenientes del narcotráfico.
De nacionalidad argentina y definido como un asesor de empresas, fue detenido por funcionarios de Interpol en un estudio jurídico del centro de Maldonado. Ahora comparecerá ante la Justicia que deberá determinar, primero, si cometió algún delito en Uruguay y luego si corresponde su extradición a Argentina.
Un "Cuini" de punta
Gerardo González Valencia y su esposa Wendy Dalaithy Amaral Arévalo, estaban radicados en Punta del Este desde el año 2011 junto con 3 hijos menores. La familia era visitada frecuentemente por los abuelos maternos de los chicos (también mexicanos). El padre de la mujer estaba requerido por Estados Unidos.
Vivían en el chalet “Quincho Grande”, en calles De Las Magnolias y Voltaire, en el exclusivo y apacible barrio Parque del Golf. La propiedad ocupa más de una manzana parquizada y arbolada, y cuenta con varios quinchos distribuidos en todo el predio, y una gran casa principal donde vivía la familia.
En acuerdo con la Jueza en Crimen Organizado Adriana De los Santos, en abril de 2016 la DGRTID decidió evitar una eventual fuga de Gerardo González Valencia, acompañado por su suegro y los hijos, ya que su esposa había viajado al exterior cuando se desató el procedimiento.
La publicación de los “Panama Papers” llevó a que la jueza y la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, aceleraran la operación para detener al mexicano y a otras personas vinculadas a él, antes que abandonara el país. Todos eran vigilados en Punta del Este desde hacía al menos un año.
La esposa del narco estaba vinculada a 3 sociedades: era única dueña de Montella Global S.A., constituida en Panamá el 20 de febrero del año 2012; en Tossa del Mar S.A. figuraba como director R.A.P, y como apoderada Wendy Dalaithy Amaral Arévalo; en Dalaithy S.A., creada el 29 de julio de 2011, figuraba como directora.
La Fiscal de la causa, doctora María de los Ángeles Camiño Moreno, sostuvo en aquel momento que el matrimonio mexicano estaría vinculado “al Narcotráfico revistiendo sus fondos el carácter de sospechosos, por apoyar los servicios financieros de la Organización de Narcos llamados ´Los Cuinis´…”.
Gerardo González Valencia fue procesado por la Justicia uruguaya imputado por lavado de activos el 23 de abril de 2016, y posteriormente fue extraditado a Estados Unidos, desde donde estaba requerido desde los años ´90 como una de las piezas principales de Los Cuinis. Lo extraditaron en mayo de 2020.
El Tribunal de Apelaciones en lo Penal de 4° Turno, había confirmado la extradición de González Valencia a Estados Unidos, el 2 de octubre de 2018. La defensa llevó la causa hasta la Suprema Corte de Justicia, última instancia que prevé el sistema, pero el recurso de casación interpuesto fue rechazado.
¿Eran inversores?
Gerardo González Valencia, es uno de los 5 hermanos de Abigael, líder del cartel “Los Cuinis”, también vinculado al llamado “Jalisco Nueva Generación”. Una de las modalidades para blanquear dinero es la creación de sociedades anónimas, muchas panameñas, que fueron adquiridas al Estudio Mossack & Fonseca.
A nombre de algunas de las sociedades en las que figuraba como titular, directora o apoderada la esposa de Gerardo González Valencia, aparecían diferentes bienes de alto valor, como un chalé en Punta del Este, el cual fue comprado en el año 2012 en U$S 2 millones, y varios automóviles de alta gama.
Uno de los aspectos que llamó la atención de los investigadores y que fue expuesto por la Fiscal de la causa, fue que a ninguno de estos dos mexicanos se le pudo conocer actividad laboral alguna, a pesar del altísimo nivel de vida que llevaron desde que se establecieron en Uruguay.
Además de comprar a nombre de sociedades anónimas, usaban a otras personas para poner los vehículos a su nombre. Por ejemplo, el caso de los jardineros que además hacían tareas de mantenimiento y domésticas, quienes tenían a su nombre algunos de los vehículos de los mexicanos.
La ostentación del matrimonio mexicano era tal (sin que a nadie le interesara como podía vivir así sin trabajos conocidos o emprendimientos de algún tipo), que sus tres hijos asistieron primeramente al colegio S.C. de Punta del Este -uno de los más afamados del balneario-, y a partir de 2016, a la S.I de Montevideo.
Como la esposa de Gerardo González Valencia se había ido hacía poco tiempo a México, el narco decidió vivir en Montevideo, para evitar el viaje diario de los tres niños desde Punta del Este para asistir a la S.I., y para ello optó por alquilar un apartamento en la zona de Carrasco.
Allí surgió que un hombre de Piriápolis, identificado como P.G., recibía dinero del mexicano, el que cambiaba indistintamente a dólares o pesos para encargarse de abonar el alquiler del apartamento de Carrasco. Esta persona también intervino en la compraventa de los solares de Punta Ballena.
En el momento de desatarse el operativo de detención, “El Cuini”, su suegro y los tres hijos menores del primero, se estaban alojando en un hotel de Montevideo, donde fueron detenidos por la Policía. La esposa del narco fue detenida posteriormente en el aeropuerto internacional de Carrasco.
