La edila por el Frente Amplio, María Laurenzena realizó una exposición en la Junta Departamental sobre la inserción laboral de las mujeres en el sector de la construcción. Dijo que son unas 2.500 las que trabajan en esa industria.

En la pasada sesión de la Junta Departamental de Maldonado, la edila por el Frente Amplio, María Laurenzena, realizó varias apreciaciones sobre la inserción laboral de las mujeres en el sector de la construcción.

Laurenzena comenzó haciendo referencia al “proyecto de inserción de género en la construcción, cuyo objetivo es favorecer la inserción laboral de las mujeres en el sector de la construcción”.

Señaló que “el número de mujeres desempleadas en nuestra comunidad es alto. El sector de la construcción está cada día demandando más mano de obra; sin embargo, las mujeres no se imaginan trabajando en dicho sector por lo masculinizado que está".

Agregó que, "ocupar un espacio considerado del otro género supone un reto importante. La opción de intervenir por las mujeres en este sector implica para ellas una transgresión social muchas veces difícil de asumir”.

Detalló que este proyecto pertenece al "sector de la construcción y afines, teniendo en cuenta todos los agentes que intervienen en el mismo -mujeres desempleadas, personal técnico mediador entre colectivos, empresarios, responsables de políticas públicas, etcétera-, evitando la planificación desde un punto de vista de la realidad".

Las imaginó "trepadas a los andamios, con cuchara y rodillo en mano, cargando baldes, cinchando carretillas y con las manos gastadas; al igual que para los hombres la industria de la construcción es para las mujeres una alternativa de trabajo que, con el paso de los años y con el desarrollo previsto para el sector gana terreno”, aseguró.

Todas las que son

En cuanto a cifras que se manejan actualmente, la edila señaló que “los datos oficiales manejados por la Cámara de la Construcción del Uruguay -CCU- trabajan en la actualidad 2.500 mujeres. La presencia femenina en la industria es de forma directa: obran en tareas de peón, albañil, pintura, electricidad, soldadura, entre otros”.

Luego insistió en que "pese a la lenta incorporación de la mujer, un oficio asociado por la tradición a los varones sigue despertando resistencia en algunos empleadores al momento de tener que incluirlas en las cuadrillas de trabajo".

Por este motivo, "la superación de este tipo de dificultades es para la Comisión de Género y Equidad, que funciona en los ámbitos de Consejos de Salarios del sector, uno de los principales desafíos para lograr que las puertas de las obras se abran de forma natural”.

“Hasta el momento no existe una cláusula de cuotificación prevista en el convenio colectivo y su inclusión no está en los planes a corto plazo. No obstante, el último acuerdo suscrito en 2010 establece en el artículo 17: Inserción de la mujer en la construcción, reconocimiento de las cláusulas de género y equidad, de acuerdo a los convenios de la OIT, ratificados por Uruguay, que incluye la no discriminación para el acceso a empleo de ambos sexos!, detalló.

También citó la Ley Nº 18.516, “que establece la posibilidad de ingresos por sorteo a las obras públicas de un porcentaje de peones prácticos, cuando sus ejecutores no pueden satisfacer la demanda de trabajadores con su personal permanente”, y agregó que si bien “la inserción viene muy lenta y eso preocupa porque hay necesidad de trabajo, a su vez, queremos dar pasos seguros”, sostuvo.

"La participación de la mujer en la actividad se remonta a los inicios de la década del 90. La empresa Pintos Risso fue una de las pioneras en contratar a una cuadrilla de mujeres dedicadas a la pintura de obra”, recordó.

En Montes del Plata, "la construcción de la planta de celulosa en Conchillas demandó entre 3.000 y 6.000 obreros en sus diferentes fases. De acuerdo a los planes de la empresa, la posibilidad de acceso para las mujeres fue en igualdad de condiciones".

En tanto que, en localidades vecinas como Colonia y Rosario, "se desarrollaron cursos de calificación para albañiles, herreros, pintores, carpinteros, instaladores sanitarios y armadores de andamios, entre otros".

En cuanto a la capacitación, detalló que la CCU trabaja en conjunto con la Universidad de Trabajo del Uruguay (UTU), el Sunca y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) para mejorar la calificación de los trabajadores que se desempeñan en la industria.

"A través de la UTU su capacitación este año fue de 1.800 personas y dentro del mismo esquema lo harán otras 1.200 por medio de un convenio con el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial de Brasil (Senai). En tanto, a través del nuevo programa que empleará a capataces jubilados como docentes, se capacitarán otras 1.000 personas que ingresarán por primera vez a la industria”, concluyó.

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