El edil Carlos Flores (Partido Colorado), expuso en la Junta Departamental de Maldonado la situación de un grupo de trabajadores que ofician de corredores y subagentes de loterías y quinielas, quienes a pesar de pagar una serie de tributos, al momento de retirarse no acceden a una jubilación.
Flores explicó que corredores y subagentes de loterías y quinielas, “en los hechos, son dependientes de las agencias y, para poder trabajar, pagan a la Dirección Nacional de Loterías y Quinielas, dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas, una patente habilitante y tributan ante la DGI”.
Además, deben pagar “el impuesto a las retribuciones de las personas físicas (IRPF), que se les descuenta de la liquidación de las comisiones que les pagan las agencias, pero, lamentablemente, a la hora de retirarse no tienen manera de acceder a una jubilación”.
Aseguró que en el departamento de Maldonado hay cientos de trabajadores que tienen esa actividad como única fuente de ingresos. “Recogen apuestas en la calle con el pos, esa máquina portátil que les dan; a veces en algún lugar fijo, en el frente de su casa o en el frente de un comercio que les da autorización”.
En otros casos, “en algún pequeño quiosco de su propiedad, pero lo cierto es que, ante el BPS, los corredores de quinielas no tienen amparo especial a las contribuciones de la seguridad social, como lo tienen otras ramas de la actividad”, enfatizó Carlos Flores.
Agregó que para poder jubilarse, deben cotizar el aporte mínimo a Industria y Comercio como empresa unipersonal sin dependientes, cuyo monto en la actualidad ronda los $ 4.900. “Para los menguados ingresos que perciben por comisión estos trabajadores, una cifra que, naturalmente, no pueden pagar”, dijo.
Sin embargo, aclaró que “tampoco pueden aportar como monotributistas, porque para el pago del monotributo quedan expresamente excluidos del aporte los quioscos y las personas físicas que llevan juegos de azar como la Lotería, la Quiniela, el 5 de Oro”.
Futuro difícil
Finalmente, explicó que las opciones que tienen estos trabajadores, según cada situación son: “los que no tienen causal jubilatoria deberían inscribirse en el BPS como empresas unipersonales a la Industria y Comercio y pagar el aporte mínimo de aproximadamente $ 4.900, $ 5.000 por mes”.
Esto teniendo en cuenta que tienen ingresos mensuales que están entre los $ 8.000 y $ 12.000 promedialmente, por lo cual les resulta inaccesible. La otra opción es para los que tienen causal jubilatoria, pero que no hacen aportes al BPS, porque no lo pueden hacer como monotributistas.
“No tienen derechos jubilatorios hasta la edad de setenta y cinco años, donde la única opción que les queda es gestionar la pensión por vejez, desconociéndose así el trabajo que realizaron en algunos casos durante décadas, naturalmente en forma honesta y digna”, insistió.
Finalmente, Carlos Flores insistió en que es una situación muy injusta porque, en los hechos, “son trabajadores cuya actividad es reconocida por el Ministerio de Economía, que les cobra para darles la habilitación o patente a la que me referí”, y dependientes de las agencias de loterías y quinielas.
Pidió que a través de la Junta Departamental se elevara la preocupación por cientos de trabajadores de Maldonado que se encuentran en esta situación, a efectos de que los ministerios de Economía y Finanzas y Trabajo y Seguridad, y demás organismos involucrados atiendan el caso.
Además, para que “los corredores y subagentes autorizados por la Dirección de Loterías y Quinielas para la recepción de los juegos autorizados por esa dirección, tengan la posibilidad de realizar algún aporte especial para tener algún amparo a la hora de su retiro”.