Este miércoles 8 de noviembre, vecinos de Santa Mónica, José Ignacio, La Juanita y zonas cercanas, se manifestarán reclamando seguridad en la Ruta 10, donde tras los fuertes temporadas de octubre del año pasado, algunas mejoras iniciadas por el Mtop nunca se concluyeron.

Este miércoles 8 de noviembre, vecinos de Santa Mónica, José Ignacio, La Juanita y zonas cercanas, realizarán una movilización pacífica (sin corte de ruta), que tendrá por objetivo reclamar por el mal estado en que se encuentra la Ruta 10 entre los kilómetros 176 al 179, a la altura del balneario Santa Mónica.

Según los convocantes, es “una zona de riesgo inminente para los habitantes”, por lo cual se busca concientizar a la población en general, visitantes y turistas, acerca del estado de esta vía nacional “que se torna peligrosa para todos los que circulan en ella, generando accidentes y causando rotura de vehículos”.

Si bien reconocen que están en permanente comunicación con las autoridades competentes, la realidad actual es que, “la obra de contención de la arena (lleva variadas etapas, estudios de DINAMA, se puso un material geotextil, se colocarán piedras, etcétera)”, no saben cuando culminará.

“La otra obra es el arreglo de la ruta asfáltica donde diariamente circulamos: esta no solo ha llevado mucho tiempo, sino que se hacen reparaciones que duran pocos días, en la noche es una zona crítica por la falta de iluminación y señalización poco clara”, denuncian.

Ante esta situación, reclaman una ruta segura, piden su urgente asfaltado y el tapado de pozos, así como restricciones en la velocidad y mejoras de la visibilidad en toda la zona para la noche, así como cartelería clara, ya que la existente no refleja la peligrosidad real.

La obra

Tras los violentos temporales de octubre del año pasado, la constructora Molinsur mediante un sofisticado sistema de capas de balasto y geotextil, comenzó el reforzamiento de toda la faja paralela a la senda Sur de la Ruta 10, para finalmente colocar piedra que conformó una especie de escollera.

A lo largo de 1.300 metros, se construyó por debajo del nivel de la ruta y en forma paralela a la senda Sur, lo que se puede definir como una nueva vía, aunque en realidad fue una base de material compactado, de aproximadamente 2 metros de altura, que lleva intercalada cada unos 50 centímetros malla geotextil.

Las piedras que conforman la primera franja de contención de las olas que se producen en esa zona, tienen distintos tamaños, pero pesan entre 1.500 y 3.000 kilos, lo que garantiza que el agua -en el peor de los casos- no podrá socavar y destruir la franja de balasto y geotextil.

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