El Ministerio de Salud Pública (MSP), la Cátedra de Neurología de la Facultad de Medicina (Udelar) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) trabajan en la elaboración e instrumentación del Plan Nacional de Atención del Ataque Cerebrovascular (ACV) en el marco de los Objetivos Sanitarios Nacionales 2020.

 

El plan, que se presentará en las próximas semanas, contiene una serie de medidas tendientes a involucrar a todo el sistema sanitario actual en estrategias integrales y racionales destinadas a generar una mejor respuesta a los conocidos como accidentes cerebro vasculares (ACV).

Se busca optimizar los diferentes niveles de asistencia para lograr una atención integral y universal de esta patología. Del año 2005 al 2016, la mortalidad por enfermedad cerebro vascular en la población de 30 a 69 años, disminuyó en un 46% según un reciente informe de la Comisión Honoraria de Salud Cardiovascular.

El ministro de Salud, Jorge Basso, afirmó que la enfermedad cerebrovascular es un problema sanitario importante en nuestro país y, como en todas las enfermedades no transmisibles, se debe seguir trabajando con énfasis en la prevención de los factores de riesgo.

Allí figuran el tabaquismo, el sedentarismo, la hipertensión, la diabetes, el consumo problemático de alcohol, y otros. Actuar sobre los ACV implica trabajar en un abordaje integral y multidisciplinario desde el punto de vista asistencial, indican las autoridades de la salud.

El desafío es elaborar un plan que racionalice todos los recursos del país en materia sanitaria, para atender cada vez con más eficiencia la patología. “Trabajarlo con la Cátedra de Neurología de la Facultad de Medicina, nos permite seguir recomendaciones y pautas con la evidencia científica imprescindible”, destacó el titular del MSP.

El plan contempla la formación de más Unidades de ACV estratégicamente ubicadas en todo el territorio nacional y con distintos niveles de complejidad, de modo de ser accesibles a equipos técnicos y equipamiento adecuado. El objetivo es lograr el mayor beneficio asistencial posible a toda la población.

También incorpora la protocolización del conjunto de los procedimientos vinculados a la cadena asistencial, tales como derivación rápida y a los sitios correctos, velocidad en la aplicación y protocolización de tratamientos y rehabilitación, desde el primer momento de una patología tiempo-dependiente.

“Este plan debe ir acompañado de un fuerte programa de capacitación a todo el personal de salud, que permita seguir rápidamente los pasos diagnósticos, terapéuticos y de rehabilitación, comenzando por conocer adónde trasladar a los pacientes en caso de ser necesario”, enfatizó Basso.

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