Esta temporada el sector está prácticamente paralizado respecto a temporadas anteriores, cuando la expectativa era otra y algunos propietarios se endeudaron más porque tomaron préstamos para atravesar el invierno. La patronal está preocupada porque no se ve la salida, y además se siguen perdiendo fuentes de trabajo.

 

Pedro Martínez, presidente del Centro de la Patronal del Taxi de Maldonado (Cepatama), entrevistado en el periodístico Frecuencia Abierta de Aspen FM de Punta del Este, sostuvo que la realidad es crítica porque había mucha expectativa de que en verano la situación mejorara.

El escenario no mejoró a partir de las medidas adoptadas por el gobierno nacional, que acotó el ingreso de turistas al principal balneario uruguayo, al margen de que permanece inactivo para vuelos comerciales el aeropuerto de Laguna del Sauce y el principal hotel de Punta del Este tiene una escasa operativa.

Martínez explicó que algunos propietarios tomaron préstamos para paliar la difícil situación que se generó a partir del mes de marzo del año pasado, pero “la temporada no existió” y hoy más de un 90% de la flota de taxis de Punta del Este, trabaja un 95% menos que en diciembre y enero del año pasado.

El presidente de Cepatama, aclaró que la realidad es un poco diferente para quienes operan en la ciudad de Maldonado porque el movimiento es otro, aunque también dijo que la flota afectada a la capital, está trabajando un 70% por debajo a enero 2020 y lo hizo un 50% menos en diciembre.

Explicó que han golpeado muchas puertas y han estado en comunicación con legisladores y varios ministros, y “hemos encontrado voluntad, pero las ayudas hasta el momento han sido insuficientes”, por lo que el sector se encuentra en una situación que no tiene antecedentes.

Destacó entre las pocas ayudas, el diferimiento de pagos a DGI por algunos meses, y en los bancos la transferencia para el final y sin recargos, del pago de dos cuotas para las compras por leasing; pero aseguró que ya “hay compañeros” endeudados con organismos del Estado como DGI o BPS.

Alertó que además se han perdido fuentes de trabajo, porque donde había dos conductores ahora hay uno o ninguno, porque el taxi lo maneja el patrón, y prácticamente la función de los cabineros (quienes recepcionan los llamados en las paradas) se ha suspendido.

“Es una situación crítica, lamentable… los compañeros están desolados” dijo, y aseguró que la crisis no tiene precedentes. Remarcó que son todas pequeñas empresas, muchas familiares que han pasado de generación en generación, y que no hay nadie que sea dueño de una flota.

Pedro Martínez agregó que entre las últimas gestiones, se pidió la exoneración de la patente durante este año, a nivel nacional y a nivel departamental, aunque es resorte del Congreso de Intendentes que por el momento no ha tomado ninguna decisión al respecto.

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