El doctor Pablo Piacenti, admitió que el tema carcelario es muy sensible, y que, “de un tiempo a esta parte ha venido en picada”, y aunque sin entrar en cuestiones políticas, se refirió a otras problemáticas menos visibles pero que impactan negativamente en el sistema: internos, sus familias y la sociedad en su conjunto.

 

Pablo Piacenti, desde 1992 empezó a ejercer como abogado penalista de oficio en Carmelo Colonia; contó que en ese momento ya advirtió una situación carcelaria con altibajos; con cárceles mejores que otras, y algunas “como las de Montevideo que siempre han tenido complicaciones”.

Entrevistado en el periodístico Frecuencia Abierta de Aspen FM de Punta del Este, refiriéndose concretamente a la cárcel de Las Rosas, dijo que ha pasado por diversas situaciones en cuanto al trato de los internos, y que “ahora se ha complicado más, aparentemente por falta de personal”.

Narró que a pesar de la disposición de los funcionarios asignados al centro de reclusión, hay turnos donde solamente hay 4 o 6 policías para cubrir todo el establecimiento que cuenta con una población actual que supera las 1.000 personas, lo que es totalmente inadecuado.

Aclaró que los operadores penitenciarios (nueva figura creada en 2010 en el marco de una reforma penitenciaria iniciada por el gobierno de la época), no tienen potestades para realizar esos movimientos, los que pueden realizar solamente los policías asignados a la tarea en cada uno de los turnos.

Explicó que le ha sucedido de ir a ver reclusos que finalmente no puede ver porque “no tienen gente para hacer ese movimiento dentro de la cárcel”, lo que entiende como lógico ocurriera en los peores momentos de la pandemia, para evitar contactos y reducir la movilidad, pero no ahora.

Sostuvo que eso ha cambiado y no se cumple algunas veces con el requerimiento que además es un derecho de los internos. Afirmó que ha ido a Las Rosas a ver a 2 o 3 presos y ha vuelto sin poder entrevistarse con ninguno. Y eso “le hace muy bien al recluso, y se lo estamos cortando por esa situación”.

Como ejemplo, citó el caso de un PPL que tiene más de 70 años y padece múltiples afecciones, certificadas por médico forense, quien debe asistirse en un sanatorio privado, el que muchas veces pierde las consultas pautadas porque le dicen que, “no hay móvil, no hay móvil” para trasladarlo.

Pablo Piacenti evaluó que en los últimos 5 o 6 meses esa situación se ha agravado “en una forma radical”, y que es un tema que preocupa mucho a un grupo de abogados de Maldonado por “esa dificultad que tenemos para trabajar, que repercute en los presos, en sus familias”.

Consultado sobre la calidad de los servicios que reciben los PPL en Las Rosas, dijo que los “veo muy mal”; pero aclaró que si bien hay hacinamiento, la situación está relativamente controlada, y lo peor lo viven quienes están en el sector de prisión preventiva que, “está colapsado”.

Piacenti explicó que esto implica que los trasladen a otras cárceles donde se han producido incidentes y asesinatos, porque “es tierra de nadie”, razón por la que muchas veces optan por admitir delitos que no cometieron como forma de no estar en áreas que tienen tantos problemas.

Aclaró que no toma esto como un tema político, pero consideró que había una “gestión fuerte” con Jorge Larrañaga al frente del Ministerio del Interior, que no se está repitiendo con el nuevo ministro Luis Alberto Heber. “El INR debe tener otra cabeza” y se necesitan más recursos humanos, concluyó.

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