Debido el escenario regional de riesgo persistente desde hace algunas décadas en la región de las Américas, nuestro país mantiene desde hace años una vigilancia intensificada de Dengue y otras arbovirosis sumándose al enfoque de OPS/OMS de una metodología de Estrategia de Gestión integrada, orientada especialmente al control y prevención del dengue en las Américas, conocida como la EGI-Dengue.

 

Actualmente Uruguay cuenta con un total de 1.338 ovitrampas instaladas y controladas semanalmente en todo el país. La vigilancia del vector Aedes aegypti, se realiza desde el año 1997 incorporándose desde el año 2019 la metodología de colocación de ovitrampas.

Las ovitrampas son dispositivos diseñados para recolectar los huevos de este vector en recipientes ubicados estratégicamente para obtener una estimación de la densidad del mosquito en el territorio nacional. Estas estimaciones, permiten monitorear semanalmente el escenario.

A partir de los resultados, se establecen acciones de control basado en un enfoque de riesgo en forma oportuna (temporal y geográficamente). El año pasado en nuestro país se notificaron 76 casos, aunque los confirmados fueron solamente 20; en 2021, plena pandemia por el Covid-19 se confirmaron solo 2.

A su vez, con el objetivo de profundizar el conocimiento de la dinámica de este y otros vectores de importancia en salud pública, se han iniciado las gestiones para concretar un convenio con la Facultad de Medicina de la UdelaR, a través de la Cátedra de Parasitología y Micología-Instituto de Higiene.

Esto permitirá instalar el primer laboratorio Vectorial con este enfoque en el país, ya que el comportamiento del Dengue en la región sigue una dinámica estacional con aumento de casos en los meses de verano y de mayor movimiento poblacional, como por ejemplo, ocurre en estos momentos.

Actualmente en la región se registra un incremento de casos en algunos países limítrofes, y aunque esto no necesariamente podría reproducirse en nuestro país, es necesario tener presente las medidas de prevención para minimizar el riesgo de contraerlo durante la permanencia en estos países.

Uruguay registra anualmente un número variable de casos importados, habiéndose identificado en los últimos cuatro años tres casos autóctonos, por última vez en los primeros meses del año 2020, no registrándose fallecimientos por esta causa. Fue antes de la declaratoria de emergencia sanitaria.

Descacharrización

El principal método de control es la eliminación de los sitios de cría del mosquito. La clave es tapar, poner bajo techo, dar vuelta, perforar, rellenar con arena, o descartar todos los cacharros y recipientes en donde puede estancarse agua para evitar la reproducción del Aedes aegypti.

Además se debe utilizar repelente para evitar sus picaduras siempre que se esté a la intemperie, sobre todo en la mañana y en la noche, y re-aplicarlo en caso de haber transpirado o haber tenido contacto con el agua ya que el efecto se pierde en esas situaciones.

El repelente se puede aplicar tanto en la piel como en la ropa pero no directamente en el rostro: lo recomendable es rociar las manos y luego frotarlas sobre la cara, evitando hacerlo sobre los ojos y la boca. También debe evitarse la aplicación sobre heridas o cortes.

La utilización de repelente también se recomienda para aquellas personas que viajan a países en los que la circulación de esta enfermedad está presente, como es el caso de Brasil, durante al menos 10 días posteriores al retorno. De esta manera, en caso de haber contraído el virus en el exterior, se evita la propagación de la enfermedad a través de la picadura del mosquito trasmisor en el país.

También se recomienza dormir en lugares protegidos por mosquiteros (cubrir cunas y carritos de bebés), usar ropa gruesa y de colores claros y cubrir lo más posible el cuerpo, sobre todo al amanecer y atardecer. Y se recuerda la importancia de realizar la consulta médica precoz ante todo cuadro febril.

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