En el marco del Seminario Internacional “Nuevos Enfoques en Políticas de Drogas en el Siglo XXI - Los desafíos de América Latina hacia Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre el Problema Mundial de las Drogas - UNGASS 2016 y después”, se llevó a cabo un bloque dedicado al uso medicinal y científico del cannabis en la región y el mundo.
En ese espacio, el presidente del Comité Científico Asesor de la Junta Nacional de Drogas (JND), Luis Yarzábal, explicó que en Uruguay la investigación científica sobre el cannabis es escasa y posee poca incidencia en la formación de opinión pública.
Afirmó que “la investigación en este tema está huérfana de conocimiento científico y nutrida de opiniones”, al tiempo de explicar los alcances del conjunto de normas vigentes que habilitan y estimulan la investigación científica de los alcances del cannabis.
Yarzábal detalló las cinco dimensiones de una política cannábica: la mejora de la seguridad y convivencia ciudadana; la promoción de la salud; la aplicación equitativa de las normas; la reorientación de gastos de la prohibición y construcción de gobernanza.
En cuanto a seguridad ciudadana, afirmó que se deben estudiar las relaciones entre cannabis y criminalidad, sustrayéndose de cualquier subjetividad. En el caso de la Economía, indicó que la idea del Comité Científico que preside, es conocer las dimensiones y efectos económicos del mercado del cannabis en Uruguay.
En cuanto a la gobernanza, afirmó que quedan muchos abordajes en este sentido ya que “aún no sabemos qué camino va a recorrer la Ley”. Agregó que estos cinco tópicos son “nichos” en los que la investigación científica posee una gran tarea a desarrollar.
Por su parte, la integrante de la Asociación de Madres, Padres y Familiares de usuarios de Cannabis Medicinal, de Brasil, Margarete Brito, señaló que en su país, aquellas personas que utilizan cannabis con fines medicinales y terapéuticos muchas veces deben recurrir al mercado ilegal.
La idea es que en su país, la utilización del cannabis medicinal se extienda a pacientes de todas las edades y patologías, explicando que en la actualidad, está permitido solo para menores de 18 años y para aquellas personas con epilepsia refractaria.
En este sentido, Brito afirmó que hay personas con muy variadas enfermedades que requieren del uso de cannabis medicinal. También dijo que otra batalla está en lograr que se posibilite el cultivo de esta sustancia en Brasil ya que la importación del producto resulta altamente compleja y onerosa.
Brito señaló que en este tipo de temáticas la presión social es fundamental para que se logren los fines perseguidos, y explicó que existen ciertos prejuicios en la propia comunidad, en cuanto a que la legalización del uso podría propiciar el incremento del cannabis para fumar.