A pesar de la exposición mediática que han tenido, las fugas de privados de libertad de distintos centros de atención hospitalaria, han sido mínimas en lo que va del año, según el Ministerio del Interior. En Maldonado se produjo uno de los siete casos, en el mes de mayo, y el recluso fue recapturado unas 24 horas después.

Aunque las autoridades no niegan que algunos casos involucraron a individuos de alta peligrosidad, donde policías resultaron heridos, estas situaciones no superan la decena en un universo de casi 7.500 traslados y más de medio millar de internaciones de personas privadas de libertad.

En su visita a la Comisión de Seguridad y Convivencia de la Cámara de Senadores, el ministro Eduardo Bonomi realizó un informe sobre una realidad que consideró “sobredimensionada por hechos puntuales”, que prendieron luces de alarma a una situación cuyos datos fríos “marcan otra realidad”.

En los casos relativos a las fugas, en ocasiones de custodia de privados de libertad que recibían servicios prestados por ASSE, se informó a los legisladores sobre los protocolos de actuación y su regulación, por parte del Director del INR, Insp. Ppal. (r) Luis Mendoza.

El jerarca policial explicó que hay protocolos que fueron mejorados, corregidos y consensuados con los funcionarios de la salud, a partir de reuniones puntuales con estos "a quienes -manifestó- se les entregaron ejemplares de la Ley de Procedimiento Policial".

Entre esos protocolos -acordados por consenso con funcionarios y autoridades de la salud- se destacan órdenes de servicio que regulan aspectos como la permanencia en la sala; visita de los familiares; horarios del servicio, regulación de los turnos y forma de relevos.

También equipamiento policial a utilizar, así como útiles de aseo y alimentación que puede portar el funcionario policial. Regulación de a quien debe comunicarse una emergencia por parte del custodia, estableciendo una supervisión permanente por parte del Cuerpo de Seguridad Penitenciario.

Asimismo, se refieren al uso de esposas y grilletes, elementos de seguridad regulados para un uso progresivo de los mismos, siendo las esposas el elemento de seguridad primario, reservándose los grilletes para aquellos casos que por razones de seguridad lo justifiquen.

En el caso del traslado y custodia de reclusas embarazadas o con hijos a cargo, dichos protocolos disponen que no se utilizarán medidas de sujeción en el vehículo de traslado, salvo que tras la evaluación por la autoridad existe un grado de peligrosidad que amerite el uso de esposas.

Las fugas producidas

Hasta el momento, en lo que va del año 2015 se han producido 7 fugas: 2 del hospital de Clínicas y 2 del hospital Maciel (en Montevideo); y una fuga de los hospitales de Rocha, Paysandú y “Dr. Elbio Rivero” de la ciudad de Maldonado, según los datos aportados.

Las autoridades ministeriales, destacaron que a pesar de las situaciones descritas -producidas por errores humanos en la aplicación de los protocolos de seguridad dispuestos- los resultados globales son altamente positivos, en relación a los traslados realizados.

Las fugas representan un 0,08% del universo total de traslados realizados, que han sido 7.452 en lo que va del año, de los cuales 578 terminaron con internaciones. Del total de las internaciones, solo los 7 casos mencionados desembocaron en fugas, aunque en menos de 24 horas todos fueron recapturados.

El caso Maldonado

El 27 de mayo, sobre la hora 19.00, se produjo la fuga de José Pablo Moreira Tejera desde el hospital Elbio Rivero de la ciudad de Maldonado, hacia donde había sido trasladado desde el penal de Las Rosas. El efectivo accionar policial permitió su re captura poco menos de 24 horas después.

Este individuo, había sido procesado con prisión por el delito de receptación solamente diez días antes. Acusando una dolencia fue trasladado al citado nosocomio, logrando burlar a su custodia cuando le pidió para ir al baño y logró salir por una ventana.

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