“De esto resulta que el hombre (el trabajador) sólo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, en el beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y el atavío, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en lo humano y lo humano en animal” (Marx, K. Manuscritos económico-filosóficos, 1844)
Sería imposible tal vez, definir cuáles son los discursos que más afectan a la educación de hoy. Hemos hablado y hablamos todo el tiempo de muchos de ellos. Entendemos también excesivo el ataque permanente que sobre ella se realiza, acusándola por momentos de cuanto mal nos sucede. No dejaremos de repetir, cual los grandes maestros del tema, que la lucha no es educativa sino política. Porque la educación no dejará nunca de ser el reflejo de las condiciones materiales, estructurales, y las reformas son re-formas porque están hechas, justamente, para no llegar a las estructuras.
Nos interesa hoy particularmente el tema del voluntarismo. Casi que la mayoría de las llamadas propuestas pedagógicas innovadoras se basan en esa idea. ¿Qué dice el voluntarismo? Que cada cual es capaz de lograr aquello que su voluntad disponga, más allá de sus condiciones materiales objetivas. En otras palabras, que el que quiere ser médico o astronauta lo será, aunque su pobreza económica, social y cultural lo limiten y que toda su vida dependerá simplemente de su “voluntad de espíritu”. Una suerte de idealismo hegeliano posmoderno.
Este discurso, de origen idealista, metafísico y reproductivista, arrastra una carga política determinante que, la mayoría de las veces, no se visualiza cuando la propia idea es puesta en práctica. La idea política subyacente del voluntarismo es desligar al gobierno de sus obligaciones con el estado. Es decir, en el entendido de que el gobierno, en sus funciones delegadas por el pueblo, deberá velar por ellos en el uso de su poder concedido, el voluntarismo traslada la obligación a los sujetos y a su voluntad y desmarca al gobierno de sus obligaciones en cuanto a la implementación de políticas sociales en territorio que necesariamente deberían atacar problemas estructurales.
Es decir que el pobre es pobre por culpa de su voluntad, y el gobierno no tiene nada que hacer entonces. Las limitaciones económicas de los sujetos, sus relaciones de trabajo y todo cuanto es parte de la realidad objetiva queda relegado a un segundo plano, porque bastaría con tener voluntad para lograr lo que uno se proponga. Dicho así parece sonar ridículo, pero eso es lo que suena a muchas voces en educación, de boca de los mismos que subliminalmente terminan culpando a los pobres de su pobreza, como si fuera esta entonces un producto de su voluntad.
Aclaramos que entendemos como contradicción absoluta del voluntarismo al estructuralismo, aquella idea de que estamos tan sujetos a las estructuras que no hay escapatoria posible. Entendemos que el estructuralismo es el discurso del desamparo, la idea de que no hay escapatoria.
Lo que queremos decir es que no podemos seguir mintiendo en base a tres o cuatro ejemplos de personas que han triunfado empezando desde cero y que han logrado progresar, haciendo de sus vidas verdaderas odiseas. Lo que decimos es que no queremos más reformas, que queremos llegar de una vez por todas al fondo movilizando la base estructural, terminado con los privilegios de aquellos que entienden que cada uno depende de su voluntad.
Lo cierto es que su propia voluntad -la de los que arman esos discursos- también es dudosa. Porque en la mayoría de los casos, esos que se rasgan las vestiduras con la idea de que el esfuerzo alcanza para lograr los fines, jamás fueron capaces de conocer el esfuerzo verdadero. Justamente porque su base estructural estuvo siempre sólidamente sostenida.
*) Licenciado en Educación Física (ISEF Udelar). Entrenador de fútbol (ISEF-Udelar). Actualmente cursando la Maestría en Didáctica de la Educación Superior (Centro Latinoamericano de Economía Humana).
Director coordinador de Educación Física, del Consejo de Educación Inicial y Primaria/Administración Nacional de Educación Pública. Maldonado-Uruguay.
(ANEP/CEIP). Integrante de la línea “Políticas Educativas y Formación Docente.
Educación Física y Prácticas Educativas”, adscripta al grupo de investigación sobre La Educación Física y su Enseñanza.