… en otras palabras, la esfera de la inmediatez, con la que todos tenemos que vérnosla siempre, y que por ende, estamos siempre inclinados a considerar, en principio como lo absolutamente seguro; pero que es, de hecho, en sí misma lo mediado, derivado y aparente, y por ello, inseguro” (Theodor W. Adorno, Lecciones de dialéctica negativa, 1966)
Parece claro, a estas alturas, que cualquier filosofía que se precie de materialista entiende la conciencia como un producto de la objetividad, definida ésta a partir de la totalidad de las acciones prácticas de los sujetos. Esta totalidad, que se presenta como universo de lo inmediato y que define el pensamiento a partir de lo aparente, construye la esfera primaria de lo humano y se manifiesta como su esencia.
No obstante, la esfera de lo aparente es siempre el producto de lo mediado, es decir que la esencia representa en su ser lo no idéntico, su no esencia. Lo seguro en tanto aparente, observable y plausible de ser vivido, representa para el objeto aquello que la sociedad hace de él, sociedad que a priori define esa esencia y configura su ser abstracto en tanto concepto, definiendo así un estado de conciencia asociado el objeto.
Como lo expresa Adorno, la seguridad que nos ofrece el elemento inmediato como representación de los sentidos y como presuntamente no mediado, no es otra cosa que lo mediado como construcción, alienada y alienante desde su representación como esencia y, por tanto, inseguro.
Por tanto, aquello que describimos como conciencia y que se reduce al producto de lo inmediato y que nace, en ideas del autor, como constructo socialmente necesario, es en su mayoría ideología.
Por otra parte, los rezagos epicúreos de las filosofías absolutas, de esas pancartas de lectura fácil que pretenden identificar lo infinito en la finitez del concepto y que se proclaman como grandes salvadoras de la esencia humana, postulan la profundidad de lo humano a partir del alejamiento de lo profundo, en una suerte de ejercicio retrospectivo que entiende que la búsqueda empieza y termina en el universo abstracto de lo individual.
Las filosofías facilistas de la movida neoliberal avanzan en la reproducción de la “inmanencia dialéctica intensificada al extremo” (Adorno, 1966), envalentonando al sujeto enajenado bajo la cuestionable modalidad de introducirlo progresivamente dentro de sí mismo.
La contradicción radica en la imposibilidad de encontrar la profundidad humana en los límites que significa la comprensión de un sujeto que, en abstracción, hurga en su interior en la búsqueda de sentidos exteriormente construidos y se autoproclama libre en la medida en que se descubre, dentro suyo. En el mayor de los casos, ese encuentro consigo mismo no es más que la aceptación de lo mediado -como ideología- en los límites de lo recortado a partir de la identificación personal con un alguien que sólo se encuentra en la esfera de lo no social, un yo que es un en sí.
Para Adorno, el concepto clasificatorio que atribuye categorías al objeto cosifica las conciencias e inscribe en ellas los postulados de lo abierto y real, de lo que construye pero no se deja construir en tanto se identifica como esencia y no como constructor, postulándose como no ideológico.
Los límites del concepto aportan a la construcción de la ilusión, de aquella que a modo de segunda naturaleza se presenta como lo real. Abrir las posibilidades de lo oscuro es por tanto esclarecer las mediaciones de lo –presuntamente- no mediado descubriendo su identidad en lo no idéntico, aceptando su carácter afirmativo como objeto de negatividad.
El concepto rígido aporta a la construcción de las categorías del pensamiento construyendo estados de conciencia ideológicos, falsas conciencias, un universo real que, como universo mediado, representa lo no real. La profundidad reside en la trama de las categorías conceptuales que se descubren en lo objetivo, fuera de un sujeto que, en tanto más se descubre dentro de sí mismo, más se aleja de lo real.
*) Licenciado en Educación Física. Magister en Didáctica de la Educación Superior. Posgrado en Didáctica de la Educación Superior. Actual Director Coordinador de Educación Física de CEIP Maldonado.
Integrante de la línea "La Educación Física y su Enseñanza" adscripta al grupo “Políticas Educativas y Formación Docente. Educación Física y Prácticas Educativas”.