*) Dr. Cs. Adalberto Cuevas Palacios

El desarrollo del programa de ejercicios durante el embarazo debe ser organizado por un profesional de Educación Física con la capacitación especializada suficiente para realizar un trabajo transdisciplinario dentro de un equipo de profesionales de la salud que debe incluir al médico de cabecera, un médico especialista en Ginecología y Obstetricia, un Psicólogo, un Sociólogo y un Nutricionista.

La primera consideración a tener en cuenta al insertar a la gestante en un programa de ejercicios con fines preventivos de preparación para el parto, es que la misma no presente ninguna contraindicación para la realización de actividades físicas, lo cual debe ser definido por el equipo antes mencionado previa evaluación integral de la misma.

Alonso López, R. (1990) en su trabajo “Gestación y lactante (ejercicio físicos y masaje)” propone un programa de ejercicios que abarca desde la primera etapa de gestación hasta el primer año de vida del bebé, destacando las múltiples ventajas morfofuncionales que se pueden lograr durante este proceso, pero hace énfasis en la aplicación de principios pedagógicos durante el proceso, diferenciando las mujeres deportistas de alto rendimiento de las que llevan una vida normal o sedentaria.

Es evidente que el punto de partida para llevar adelante el programa de ejercicios es el diagnóstico del nivel de aptitud de la gestante, a partir del cual se definirán los niveles de volumen en intensidad de las cargas. No todas las gestantes pueden realizar ejercicios físicos, en los casos que se presenten alteraciones tales como: enfermedad cardiaca hemodinámica significativa, miocardiopatía activa, fiebre reumática (tipo II o superior), Tromboflebitis, embolismo pulmonar reciente, infecciones agudas, retardo de crecimiento intrauterino, aborto espontáneo habitual, incompetencia cervical, enfermedad pulmonar restrictiva, sangrado persistente durante el segundo y/o el tercer trimestre, placenta previa, riesgo de ruptura de membranas, embarazo múltiple, preeclampsia (presión arterial alta, niveles altos de proteína en la orina que indican daño renal, aumento excesivo de peso corporal, edemas u otros signos de daño en los órganos), hipertensión crónica o anemia severa; las actividades físicas estarán contraindicadas de forma absoluta.

Entre las contraindicaciones relativas se deben considerar las alteraciones de la sangre, disfunción tiroidea, diabetes, aparición de contracciones durante el último trimestre, obesidad mórbida, así como cualquier alteración considerada de riesgo por el equipo médico.

Alonso López 2003 “Durante la gestación es necesario la práctica de una gimnasia con fines terapéutico-profiláctico, la cual eleva las posibilidades físicas del organismo, mejora el estado general, el apetito, el sueño y crea las condiciones psicológicas positivas para el parto, favoreciendo el desarrollo óptimo del feto. La práctica sistemática del ejercicio físico tiene como objetivo fundamental el mejoramiento de las funciones del sistema cardiovascular, respiratorio, nervioso, tracto gastrointestinal y del metabolismo, cuya finalidad es de asegurar el suministro suficiente de oxígeno a la madre y al feto. Enseñar a respirar correctamente a la gestante, fortalecer los músculos de la pared abdominal y perinatales, eliminar las manifestaciones de estasis en la pelvis menor y extremidades inferiores…” (p 15)

También la vitalidad del feto es favorecida significativamente. Alonso López 2003 “Numerosos estudios clínicos han demostrado los efectos positivos del ejercicio físico sobre el feto. A la luz de esta evidencia debe utilizarse con prudencia la prescripción del ejercicio de duración, esfuerzo e intensidad del mismo, no debe ser en exceso; pues puede comprometer su bienestar” (p 14)

En este sentido resulta vital el control de la carga en todas las partes de la sesión de trabajo, evitando la fatiga. Perales Santaella 2019 “Se debe evitar todo ejercicio que resulte extenuante (90% frecuencia cardiaca máxima), ya que puede aumentar el riesgo de hipertermia, deshidratación o reducción del flujo uterino con el consecuente riesgo de comprometer la salud fetal” (p 3). Se recomienda en general una frecuencia cardiaca entre 140 y 150 lat/min, pero siempre acorde a las características individuales de la gestante.

Las experiencias de diversos especialistas permiten asegurar que el programa de ejercicios puede ser indicado desde el momento en que se diagnostica el estado de gestación, marcando siempre las diferencias individuales de las participantes cuando se desarrolla en grupos, los cuales deben ser pequeños, recomendándose de 5 a 10 integrantes como máximo.

Perales Santaella 2019 “La intensidad debe ser en todo caso moderada, aunque debe ajustarse para cada mujer y controlarse durante toda la sesión. El ejercicio físico puede iniciarse desde la semana 9 a 12 de gestación (después de la primera visita perinatal) hasta la semana 38-39 de embarazo.” (p 4)

Durante las sesiones deben predominar los ejercicios aeróbicos, combinados con ejercicios de coordinación, flexibilidad, fuerza y ventilatorios; durante 45 a 60 minutos con una frecuencia semanal de 3 a 5, aunque se recomienda iniciar la primera semana con tres sesiones alternadas e ir aumentando la frecuencia en dependencia del nivel de adaptación logrado.

Los ejercicios de caminata continua o intermitente se deben combinar con gimnasia general, ejercicios de corrección de la postura, Pilates, Yoga, hidro gimnasia, ejercicios con bandas elásticas, mancuernas ligeras, pelotas, etc.

Se deben evitar ejercicios de gran intensidad e impactos, carreras de larga distancia, trabajos con pesas intensos, ejercicios de contracción isométrica, saltos, ejercicios con riesgo de caídas o en posición decúbito supino (boca arriba)

El programa de ejercicios puede comenzar después de establecer exactamente la gestación normal e incluso en semanas posteriores, pero nunca después de las 32 semanas de gestación, ya que no se lograrían los efectos deseados, para lo cual se debe asistir al menos 20 sesiones.

Autores consultados definen entre tres a cuatro etapas del programa de ejercicios que se exponen a continuación:

Etapa de Adaptación (inicial)                                          

Desde el diagnóstico del embarazo hasta la semana 16.

Objetivo: Perfeccionar el sistema respiratorio y la postura, logrando una óptima relajación y estabilización del modo de vida de las embarazadas.

Etapa Principal (preparación para el parto)

Desde la semana 17 de embarazo, hasta la 28.

Objetivo: Fortalecer la región central del cuerpo, en particular abdomen, espalda y suelo pelviano, logrando mejor concentración y coordinación de los planos musculares que intervendrán activamente en el momento del parto.

Etapa Preparto y parto

Desde la semana 29 de embarazo hasta el parto.

Objetivo: Perfeccionar la respiración para el momento del parto, combinando los cambios de ritmo con  una óptima relajación y concentración en el dominio de la zona media.

Por su parte Alonso López (2003) realiza la siguiente propuesta:

I Etapa:

Aprendizaje de la ejecución de movimientos a una vez, formación, postura correcta, respiración diferenciada (torácica, abdominal y mixta), contracción y relajación de algunos grupos musculares, ejecución correcta de ejercicios gimnásticos simples, autocontrol de la frecuencia y el carácter de las contracciones cardíacas y de la respiración; así como de la frecuencia de los movimientos del feto.

II Etapa:

Desarrollo en las gestantes de los hábitos motores de ejecución de los ejercicios gimnásticos elementales, hábitos de contracción y relajación, aprendizaje de la ejecución de ejercicios con vencimiento de obstáculos (en cuanto a amplitud y coordinación de movimientos).

III Etapa:

Formación de hábitos de ejecución de ejercicios en aquellas posiciones del cuerpo adoptadas durante el parto. Aprendizaje de la ejecución de los ejercicios con tensiones de unos grupos musculares y relajación simultánea de otros, lo que resulta muy importante en los partos para evitar el desarrollo temprano de la fatiga.

IV Etapa:

Fijación de los hábitos motores formados en las etapas anteriores sin incluir elementos nuevos. Perfeccionamiento de la ejecución de ejercicios de relajación, coordinación de movimientos y vencimiento de obstáculos.

La duración de cada una de las etapas está en dependencia de en qué plazos de la gestación comenzaron las sesiones de gimnasia.

En la próxima columna continuaremos con el programa de ejercicios en la etapa posterior al parto, definiendo el contenido esencial de estimulación precoz.

 

*) Doctor en Ciencias Pedagógicas. Docente de la UDELAR.

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