Las sequías consecutivas y los desplazamientos a causa de conflictos violentos están agravando las crisis nutricionales en algunos países de la región conocida como Cuerno de África, tales como Somalia y Kenia, y también en Chad.
En el caso de Etiopía, nuestros equipos en el terreno alertan sobre indicios alarmantes de que existe una crisis nutricional a gran escala en la región de Afar. Cientos de miles de personas han huido de un conflicto reciente solo para encontrarse, junto a las comunidades de acogida, luchando contra la sequía, la hambruna y una gran falta de acceso a la atención médica y el agua potable.
“Lo que más nos asusta en este momento es que solo estamos comenzando a ver la punta del iceberg, y eso, por sí solo, es abrumador”, afirma Raphael Veicht, nuestro coordinador de emergencias en Addis Abeba, Etiopía.
“En el Hospital Dupti, que es el único hospital de referencia en funcionamiento en toda la región de Afar, estamos viendo cómo niñas y niños llegan tras haber realizado viajes increíblemente largos y difíciles, y muchos mueren en 48 horas porque están demasiado enfermos y en un estado avanzado de desnutrición como para tener una posibilidad de luchar para sobrevivir”, continúa Veicht.
Desde abril, hemos aumentado nuestro apoyo al Hospital Dupti, que atiende a una población de más de 1,1 millones de personas, incluyendo a cientos de miles de desplazados. Este año, la cantidad de niñas y niños con desnutrición severa admitidos en el centro ya superó la cifra del año anterior en un factor de tres a cuatro.
Las tasas de mortalidad de los pacientes son asombrosamente altas, superando el veinte por ciento en algunas semanas. Treinta y cinco niños han muerto solo en las últimas ocho semanas, y más de dos tercios de esos pacientes murieron en las 48 horas posteriores a su admisión.
“Claramente, muchas personas en Afar no pueden acceder a los niveles mínimos de atención médica, alimentos y agua necesarios para sostener la vida humana debido a la combinación del conflicto reciente, el desplazamiento, la falta de acceso a la atención médica, la escasez de alimentos y agua, aunados a una respuesta insuficiente de la asistencia humanitaria”, explica Veicht.
“Para siquiera comenzar a controlar esta situación, se necesita con urgencia escalar la asistencia humanitaria para las personas desplazadas y las comunidades de acogida vulnerables; y los puntos clave del enfoque deberían ser la seguridad alimentaria, la atención médica primaria, la nutrición y el agua”.
Las estructuras médicas son insuficientes
Solo el 20 por ciento de las estructuras de salud en la región de Afar son funcionales, el resto han sido dañadas, destruidas, abandonadas o carecen de recursos. En el Hospital Dupti, donde más del 80 por ciento de las niñas y niños con desnutrición son admitidos para recibir atención, los pacientes no han tenido un acceso previo a la atención médica antes de llegar al hospital de referencia.
Además, tienen dificultades para acceder a alimentos, agua potable y otras necesidades básicas, lo que causa mayores niveles de desnutrición y enfermedades potencialmente mortales.
“El sitio donde nos hospedamos es extremadamente duro e inhabitable”, relata Asiya Salih Mohammed, quien dice que muchas personas de su comunidad murieron en el conflicto, por lo que ella se vio obligada a viajar a pie durante más de un mes en busca de seguridad.
Ahora, ha llegado a un sitio para personas desplazadas que carece incluso de los servicios más básicos. Como allí no hay un centro médico, llevó a su hija de un año al Hospital Dupti. “No hay suficientes alimentos para comer, no hay agua potable, la casa en la que nos refugiamos no tiene techo, así que no tenemos sombra y estamos expuestos al sol”.
Después de que nuestra organización comenzara a apoyar el centro de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados de 14 camas en el Hospital Dupti, en abril, la sala se vio abrumada rápidamente y había dos o más pacientes por cama.
Los equipos abrieron 14 camas adicionales por medio de estructuras temporales, pero también están completamente ocupadas y el personal médico tiene dificultades para brindar el nivel de atención que necesitan los niños y niñas en esta instalación sobrepoblada. Recientemente, incluso la sala de pediatría se ha visto abrumada, pues también hay dos o más pacientes por cama.
“En solo en dos días, 41 menores fueron ingresados en la sala de pediatría con infecciones estomacales graves porque las personas se ven obligadas a beber agua de los charcos de barro”, dijo Veicht.
Se necesita ampliar la ayuda de manera urgente
Acordamos con el Ministerio de Salud de Etiopía aumentar la capacidad de los departamentos de urgencias y de alimentación terapéutica para pacientes hospitalizados del hospital, mediante la construcción rápida de nuevos edificios, además de brindar apoyo a las actividades de saneamiento y establecer una fuente de agua confiable. Paralelamente, planeamos abrir cinco programas de alimentación para pacientes ambulatorios en las áreas más necesitadas, pero se requiere mucho más para evitar una crisis inminente.
Cientos de miles de personas luchan por sobrevivir no solo en Afar, sino en otras partes de Etiopía. En la región somalí de Wardher, finalmente comenzaron las lluvias, pero las personas aún se enfrentan a desafíos complejos relacionados con la inseguridad alimentaria y el acceso al agua debido a un periodo prolongado de sequía.
Completamos recientemente una campaña de vacunación contra el sarampión que llegó a más de 7.000 niños y niñas en 50 lugares diferentes, e implementó una vigilancia médica para reaccionar rápidamente a las necesidades sanitarias de emergencia.
Las comunidades de toda la región advierten sobre una sequía catastrófica que está acabando con el ganado y otros elementos vitales para la sobrevivencia; y el agua, los alimentos y el acceso a la atención médica a menudo están fuera del alcance de las personas.
Actualmente hay miles de personas que sufren las terribles consecuencias de la actual crisis nutricional y buscan desesperadamente alimentos y asistencia. Por supuesto, la única respuesta a una crisis nutricional es asegurarse de que las personas tengan acceso a los alimentos.
Pero gran parte de la población de Afar y otras partes de Etiopía, especialmente aquella desplazada por el conflicto, tampoco tiene acceso a otros medios esenciales para mantener la vida, como atención médica y agua potable.
Si no se aumenta urgentemente la respuesta humanitaria en Afar, muchas personas que ya viven los horrores del conflicto, el desplazamiento y la sequía, se verán empujadas al borde de la sobrevivencia. Para evitar una mayor morbilidad y mortalidad como consecuencia de la actual crisis nutricional, la comunidad humanitaria debe actuar con urgencia.
*) Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización médico-humanitaria de carácter internacional que aporta su ayuda a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes de origen natural o humano y de conflictos armados, sin ninguna discriminación por raza, religión o ideología política. Actualmente MSF cuenta con 499 proyectos de acción médica y humanitaria en 88 países, y con 7 millones de socios y colaboradores en todo el mundo. En reconocimiento a su labor humanitaria, MSF recibió el Premio Nobel de la Paz 1999.
Para más información visitar: www.msf.org.uy