*) Dr. Cs. Adalberto Cuevas Palacios

La vida de los adolescentes en la actualidad constituye una temática de muchas interrogantes y cambios constantes, relacionados en gran medida con el desarrollo tecnológico de la era digital, con una vinculación indisoluble, al igual que en la niñez, al sedentarismo creciente.

Motivar a esta población a la práctica de ejercicios físicos se ha convertido en una tarea complicada, si bien no imposible, para los docentes de Educación Física y Deportes, así como de todos los miembros de la comunidad, en tanto se observa un incremento de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT), entre los adolescentes en particular y en la población mundial en general.

Esta franja etaria se mueve entre 10 y 19 años, de acuerdo a la clasificación de las edades publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La complejidad de esta etapa de la vida incluye múltiples factores relacionados con los cambios psicológicos que se producen en el paso de la niñez a la adultez, los cuales se vinculan inevitablemente a modificaciones significativas en el desarrollo físico, que implican una evolución importante de todas las capacidades motrices, sobre todo de fuerza, velocidad y resistencia aeróbica.

Las actividades físicas que se realizan en esta etapa deben acompañar los citados cambios, con estímulos que garanticen el desarrollo óptimo, sobre todo atendiendo los periodos sensibles de la evolución de las capacidades condicionales, destacándose la fuerza y la resistencia aeróbica.

Resulta también importante atender las diferencias en el desarrollo sexual, destacándose la evolución más temprana del sexo femenino con respecto al masculino, asociado a procesos hormonales que influyen en estos cambios vertiginosos.

Siguen predominando durante esta etapa en la Educación Física las actividades lúdicas, pero es muy importante la inclusión en cada juego de contenidos de enseñanzas, ya sea de gimnasia para la salud como de actividades predeportivas y deportivas. Jugar sólo por diversión no es la opción adecuada, por lo que deben ser evitados los juegos de pelota al medio o del manchado que no conducen a la apropiación significativa de habilidades y conocimientos por los practicantes.

En lo referente a la salud resulta determinante la realización de actividades con predominio aeróbico, lo cual asegura la reducción significativa de adiposidad y a su vez garantiza el desarrollo óptimo del aparato cardiorrespiratorio que se encuentra en su fase final evolutiva.

Como un detalle a observar está la posibilidad del surgimiento de la enfermedad de Osgood-Schlatter, la cual la puede padecer en uno de cada diez practicantes de actividades físicas en esta etapa de la vida. Pudiera aparecer un dolor agudo en la parte superior de la tibia, muy cerca de la rótula con ligera inflación de la zona.

La causa es una sobrecarga en los músculos y en los tendones que proporcionan soporte a la rodilla. La sobrecarga repetida puede hacer que el tendón rotuliano se separe de la tibia, lo cual es poco frecuente. Esta afección es más probable en jóvenes deportistas que entrenan carreras, saltos, gimnasia, así como en jugadores de fútbol, básquetbol, voleibol, rugby y hándbol.

En estos casos se recomienda consultar al médico, el cual le hará preguntas sobre los antecedentes de salud y realizará un examen físico para determinar si el dolor está causado por la enfermedad de Osgood-Schlatter o algún otro problema, como una lesión de alguna estructura peri o intraarticular.

El médico palpará y moverá la rodilla como parte del examen físico, examinará la rodilla y revisará la sensibilidad, la amplitud de movimiento, tanto en la flexión como en la extensión, analizará también la estabilidad de la rodilla, la simetría de fuerza, por lo que es posible que revise ambas rodillas incluso si sólo hay dolor en una de ellas.

Por lo general, no se hacen radiografías para diagnosticar la enfermedad de Osgood-Schlatter, pero podrían hacerse para descartar otras causas del dolor de rodilla, a la vez que se debe analizar si existen deformidades, tales como rodillas valgas, varas, hiperextendidas o flexionadas. El médico puede recomendar el uso de hielo para reducir la hinchazón y un medicamento de venta libre para aliviar el dolor.

Dependiendo de cuánto le duela la rodilla, él o ella podría tener que tomarse un descanso de los deportes y otras actividades que ejercen tensión en la rodilla o podría tener que reducir las cargas en volumen o intensidad, ambas inclusive, evitando la actividad que le causa dolor.

Se recomienda hacer algunos ejercicios que ayudan a mantener flexibles y fuertes los músculos de las extremidades inferiores, primero con ejercicios isométricos en poco tiempo y luego con ejercicios de fortalecimiento para los músculos que soportan la rodilla, tanto flexores como extensores.

En general se recomienda continuar los ejercicios prestando especial atención al proceso de recuperación, que en algunos casos requiere el cambio de actividades, haciendo ejercicios sin impactos, tales como la gimnasia, calistenia, natación, ciclismo, etc.

Lo más importante es mantener la motivación por las actividades y pensar siempre que la salud está primero que el rendimiento, en los casos de aquellos deportistas que entrenan con miras a la participación en competiciones.

Es en esta etapa que se realizan las selecciones de posibles talentos en muchos deportes de especialización tardía tales como Atletismo, Ciclismo, Básquetbol, Voleibol, Fútbol, Hándbol, Hockey, etc.

La primera variable a considerar en la selección debe ser la motivación y los factores psicológicos que aseguren estabilidad en las perspectivas del deportista.

Otras variables están asociadas a los factores técnico-tácticos y al desarrollo de las capacidades motrices condicionales y coordinativas, acorde a las exigencias de la disciplina deportiva seleccionada. Esta etapa es la que más deserciones deportivas reporta, lo cual puede estar asociado a múltiples variables, generalmente relacionadas con el entorno social del deportista.

El estudio de selección y búsqueda de talentos deportivos debe ser desarrollado por un equipo multidisciplinario, de manera que no se pierdan los potenciales talentos, pero sobre todo que no se generen falsas expectativas en aquellos que muestran resultados tempranos y que luego pueden quedar en el camino de la preparación, generando la consiguiente frustración que podría acompañar a la persona toda la vida.

Sobre este tema se abundará en la próxima columna a partir de experiencias acumuladas en varias investigaciones realizadas en diversos países y en particular en Uruguay.

*) Doctor en Ciencias Pedagógicas. Docente de la UDELAR.

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