*) Alberto Fernando Prandi De Césare 

Hace poco más de 500 años los europeos llegaron a nuestro continente y no lo hicieron para evangelizar a los pueblos originarios sino para tomar la diversidad de riquezas existentes en las distintas partes de América, en su sentido más amplio, y así lo hicieron durante muchísimos años, claramente demasiados. Diezmaron poblaciones enteras y muchas veces hasta su exterminio, lo que ocurrió en nuestro país es un claro ejemplo de ello.

 

Pero con el correr del tiempo, los nuevos pobladores, sus descendientes se fueron identificando con este lugar, con la espectacular belleza de nuestras tierras, de nuestros ríos, lagos y arroyos, de nuestras costas de extensas y magníficas playase increíbles puertos naturales.

Se generó una simbiosis entre los descendientes de aquellos inmigrantes con el espíritu de la Nación Charrúa que aún hoy y siempre forman parte de la genética de cada uno de nosotros. Somos un país pequeño con algo menos de 200 años de vida independiente pero a pesar de ello con fuertes señales de identidad, con sentido de pertenencia, con el orgullo de sentirnos “charrúas” en el sentido más extenso y de poder honrarlos, emulando sus rasgos más resaltables. Todos somos ellos y ellos viven en nosotros.

Pero que es Uruguay?; es sin duda su gente, toda su gente; es su territorio, su tierra fértil para alimentarnos a todos y a buena parte del mundo, nuestra tierra; es todo lo que está debajo de nosotros que nos pertenece por derecho, nuestra principal riqueza, de la que ya no existe en la mayor parte del mundo, agua dulce, nuestra agua; es su propuesta turística con diversidad de opciones recorriendo pequeñas distancias, dónde se destacan sus costas de aguas oceánicas y arenas doradas, nuestras playas.

Podemos sentirnos orgullosos de lo que somos y de lo mucho que tenemos; pero esta realidad está cambiando rápidamente de manera negativa e irreversible si no reaccionamos a tiempo.

En los años 90 se inicia un proceso que estimuló y desarrollo la industria forestal, definiendo zonas de baja productividad agropecuaria para realizar esta actividad y no degradar aquellos suelos con capacidad de producir alimentos de una u otra manera (agricultura y ganadería).

Esta industria fue creciendo y se fue extendiendo a niveles superlativos, especialmente con la instalación de plantas de celulosa que requirieron y requieren cada vez más territorio forestado para esos fines, al tiempo que utilizan para su funcionamiento enormes caudales de agua dulce de nuestros principales ríos e inevitablemente sus desechos deterioran, en forma lenta pero continua, a los mismos.

Pero que pasa en los países de la Unión Europea, continente que forma parte del primer mundo y que por ende siempre ponemos de ejemplo?.

NO SE LES PERMITE UTILIZAR AGUA DULCE, porque de hecho no lo necesitan para funcionar, usan agua salobre, ésta les brinda menos beneficios porque sus costosos equipamientos se corroen rápidamente, requiriendo altos costos de mantenimiento y reposición permanente del equipamiento, de sus instalaciones.

Además tienen muy estrictos controles sobre la operativa y el manejo de los desechos para asegurar y preservar el medio ambiente, al tiempo que se les aplican multas millonarias en casos de incumplimientos o daños a su entorno.

En cuanto a la actividad forestal, los países europeos LIMITAN DRÁSTICAMENTE SU PRODUCCIÓN, DEFINIENDO CON CLARIDAD LA SUPERFICIE PORCENTUAL MÁXIMA PERMITIDA, defendiendo así todas las demás actividades que se desarrollan en sus territorios. Si a todo esto, le agregamos las hoy ya excesivas plantaciones de soja en nuestro suelo, que como es sabido erosionan las tierras dónde ésta se cultiva, debiendo pasar muchos años para recuperarlas.

No se debe minimizar tampoco, el descontrolado uso de agroquímicos, muchos de ellos, otra vez, prohibidos en el viejo continente, que al no haber controles adecuados, nuestros suelos, nuestros cursos de agua, se contaminan día a día así cómo todo su entorno.

A modo de ejemplo la inaceptable mortandad de miles de abejas por el uso de productos tóxicos para los animales pero también para el hombre, que ha llevado a la actividad apícola a una situación penosamente crítica. Su importancia trasciende la producción de miel en tanto son esenciales por su capacidad de polinizar todo en su entorno.

En la actualidad se está gestando la producción en nuestro país de hidrogeno verde para exportar. Esta actividad, al igual que las plantas de celulosa y la plantación de eucaliptus requieren enormes cantidades de nuestra AGUA DULCE, son miles de millones de litros, de allí las perforaciones ya realizadas que permitirán el uso excesivo, una vez más, de nuestras reservas subterráneas de agua pura contenida en el Acuífero Guaraní, tercero en superficie a nivel mundial.

Se habla de la elaboración de combustible sintético, pero éste no puede ser utilizado por nuestro parque automotriz, por nosotros, si por embarcaciones y maquinarias especiales de otros países. El hidrógeno verde tiene un alto costo de producción entre otras razones por los volúmenes de agua mencionados, en este caso dulce y nuevamente, así bajan los costos en especial si no se paga o se abona muy poco por su utilización.

Porqué utilizar nuestra agua dulce, por qué no instalarse a corta distancia de nuestro frente oceánico y tomar de allí lo necesario?, cuando en estas horas están avanzando los estudios para instalar una planta de hidrógeno verde en Australia que utilizará toda el agua que se requiera pero serán aguas oceánicas?; los costos serán mayores para los inversores pero ese país va a  proteger sus reservas de agua potable.

Estamos atravesando una crisis hídrica sin precedentes, en este país con las más altas reservas de agua dulce y pura, estamos consumiendo agua contaminada con altos niveles de sodio y cloro y podemos quedarnos sin ella en pocos días. Cuando los resultados de la falta de agua dulce, potable y/o consumible están a la vista, en tanto ponen en riesgo nada menos que nuestra salud, al tiempo que demuestran en solo pocas semanas el absurdo aumento de roturas de termotanques que permite entender porque las empresas que mencionamos no quieren que a sus instalaciones les pase lo mismo.

Vamos a invertir en un proyecto que nos va a obligar a nosotros, a los uruguayos, a consumir agua salobre de mar procesada, pagando costos muy altos en muchos sentidos, mientras las plantas de celulosa y la de hidrógeno verde sí van a disponer o seguir disponiendo de agua pura, agua dulce, de nuestra agua por tiempo indeterminado.

NO CAMBIO NADA EN ESTOS QUINIENTOS AÑOS?. Los recursos naturales no son infinitos, nuestro Uruguay Natural será si protegemos esos recursos, si valoramos la importancia de ellos y actuamos en consecuencia.

No será tiempo de reaccionar?, no será tiempo de exigirle a todo el espectro político que nos represente adecuadamente defendiendo lo que es nuestro?. No será tiempo de entender que más allá de nuestras diferencias, somos una Nación, una sola, URUGUAY con mayúscula, con amor por la patria, con fuerza, con coraje; que todos y cada uno de nosotros tenemos derecho a reclamar lo que es nuestro y nos están quitando?. No será tiempo de recordar a nuestros antepasados, al padre de los orientales, a los forjadores de la patria, a los que dieron su vidas por la utopía de un país mejor, a nuestros abuelos, a nuestros niños y a los que vendrán?.

Está claro que queda poco, muy poco tiempo. Una vez más, cómo ayer, como siempre, cómo proclama nuestro himno, PATRIA O MUERTE, ORIENTALES.

 

*) Casado, 3 hijos y 1 nieta.

Operador inmobiliario de Punta del Este y La Paloma desde 1978.

Presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Punta del Este (Adipe), por dos períodos consecutivos 2001-2003 y 2003- 2005.

Subsecretario de Turismo y Deporte a partir del 2005 integrando el gabinete del primer gobierno progresista en la historia del Uruguay.

Presidente de Rotary de Punta del Este en el período 2002-2003.

Presidente y socio fundador de la Asociación de Empleados de Inmobiliarias (Aedi) por el período 2003-2005.

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