*) Cr. Ricardo Puglia Saavedra
Una de las banderas de la izquierda nacional representada por el conjunto de partidos políticos de diversas doctrinas foráneas fracasadas, reunidas bajo la coalición Frente Amplio, ha sido la descalificación permanente de todos los gobiernos antecesores bajo el rótulo de “Herencia Maldita” desde su asunción al poder el pasado 1° de marzo de 2005.
No obstante, estos hijos de uruguayos que olvidaron sus origines de una sociedad conformada entre otros, por españoles, italianos, franceses, rusos, alemanes, turcos, libaneses, judíos, argentinos, brasileros y por nuestros criollos deben sufrir la resaca frenteamplista que dejó el último presidente y hoy sus gracias están limitando al nuevo gobierno.
La resaca se manifiesta a través de la amnesia o pérdida de memoria, alteraciones gástricas como vómitos y diarrea, a veces con dolor de cabeza, y una sed intensa de obtener más recursos como respuesta a corregir los errores y horrores de los últimos 10 años. También produce sensación de debilidad, flatulencias y embotamiento nervioso.
La resaca frenteamplista es consecuencia de la actuación de los pésimos administradores públicos que han desempeñado cargos ejecutivos y administrativos a través de una colección de déficits públicos de todas las magnitudes y colores.
A vía de ejemplo, señalamos el último déficit fiscal del año cerrado en 2014, hace apenas seis meses, de casi dos mil millones de dólares, la gestión deficitaria de ANCAP (Monopolio) con un acumulado superior a los US$ 400 millones: la IMM de Montevideo deficitaria desde 1990 y todas las intendencias frentistas de los últimos gobiernos; el FONASA con más de US$ 400 millones de déficit permanente de difícil abatimiento; el reciente creado FONDES y sus empresas integrantes; como así también una colección interminable de déficit en otras empresas públicas como AFE y el cierre de la quebrada PLUNA.
La memoria frentista es selectiva y sólo recuerda los buenos momentos en que venía el comandante Chávez con la billetera desbordante, o las buenas acciones de los dictadores Castro y los abrazos con potencias como la Federación Rusa y China que naturalmente velan por el bienestar de sus pueblos y dejan lo político apartado de lo económico.
Asistimos a un nuevo ciclo económico donde las bondades internacionales han cesado dando paso al realismo y a la viejas fórmulas de protección de los países, tornándose más cerrados al comercio internacional, enlentecimiento del crecimiento, subas de tasas de interés, aumento del desempleo, recorte de gastos, y disminución de las recaudaciones por menor actividad.
Todo esto nos plantea un nuevo escenario de cara a la aprobación del presupuesto quinquenal debido a que las promesas electorales han sido muchas y los recursos se tornan escasos como en cualquier economía con el agravante de tapar los agujeros de la insolente resaca.
Todos reclamarán algún derecho, desde públicos a privados a través de la central sindical, socia y cogobernante de la izquierda, la cual como marrano llorará, agitará y debilitará al gobierno de izquierda que de momentos (los buenos) integran y a la hora de apretar el cinturón olvidan ser parte del mismo.
El Consejo Nacional de Economía debería funcionar, dar su opinión y construir un país desde abajo, con las miras puestas en volverse el mejor país de América Latina por su diario vivir y oportunidades para todos los que integramos esta comunidad, destacándose en el contexto global por la excelencia en educación, salud y seguridad.
*) Especialista en inversión bancaria y asesoramiento empresarial, egresado en 1980 de la Universidad de la República Oriental del Uruguay “Contador Público y Licenciado en Administración”. Ex vicepresidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo. Ha desarrollado una proficua e intensa actividad en la banca nacional e internacional, destacando las áreas de inversiones, reestructuración de deuda, banca corporativa, banca minorista, proyectos de inversión, ingeniería financiera y comercio internacional.
En 1990/1991 ocupó la gerencia comercial de Credit Lyonnais Uruguay y participó en la renegociación de la deuda externa uruguaya en estrecho contacto con el Ministerio de Economía y Citibank N.A.; de 1992 a 1996 estivo a cargo de la gerencia comercial de Banco Exterior Uruguay (hoy BBVAArgentaria).
Desde el año 2006 desarrolló servicios profesionales independientes en Consultoría y Finanzas Corporativas en varias empresas.