*) Enrique M. González Vilar Laudani
“Cuenta la historia que en la antigüedad, un discípulo seguía a su sabio y reputado Maestro por todos lados, importunándole para que le enseñase a obtener sabiduría. El joven repetía constantemente que ser Sabio era lo que más quería en el mundo.
Con el paso de los días, el Maestro mostró signos de cansancio ante tal insistencia, así que, al llegar a un lago cercano, le pidió que entrase al agua y sumergiera la cabeza. El discípulo, feliz por haber sido objeto de la atención de su mentor, se inclinó con entusiasmo. Entonces el maestro puso sus manos sobre la nuca del joven, impidiendo que saliera del agua para respirar.
Al paso de los segundos, que se transformaron en minutos, el muchacho empezó a inquietarse y trataba de salir a la superficie, lo cual era impedido por su maestro.
Sus movimientos se hicieron más frenéticos y desesperados e intentaba con todas sus fuerzas salir del agua, pero no podía. Luego de un tiempo que le pareció interminable, dejó de luchar, perdió la conciencia y todo se volvió obscuro…
Al despertar, se hallaba tendido en la arena, echando agua por la boca, casi sin aliento, agitado, con sus pensamientos desordenados al no saber qué había sucedido. Atormentado por la situación, al borde de lo que sintió como una muerte segura, le preguntó a su Maestro qué había sucedido, por qué había intentado matarlo.
El sabio, suavemente, bajando la ansiedad y angustia del muchacho, le contestó con otra pregunta: Cuándo estabas sumergido, sin aire en tus pulmones, casi al borde de la muerte... ¿Qué pensamiento ocupaba totalmente tu mente?. El joven le dijo con una expresión que demostraba la obviedad de la respuesta: ¡Respirar!. ¡Solo pensaba en Respirar Maestro!. ¡Nada más que en Respirar!.
Con una sonrisa de satisfacción, el Maestro le dijo: “Cuándo busques la Sabiduría con el mismo afán con que buscabas respirar, ¡Llegarás a ser Sabio!”.
La semana pasada te invité a que decidieras qué cosas son importantes para vos y a qué distancia te encontrás de ellas. Seguramente, si hiciste este ejercicio, habrás notado que poco o mucho, siempre hay algo que realizar para alcanzar tu sueño. Nunca este vendrá a vos mágicamente, sino que deberás esforzarte para llegar a él.
El relato que ilustra esta nota tiene que servirte para que determines cuánto te importa realmente tu sueño. Si este aparece de vez en cuando, es algo que comentas a tus amigos como un objetivo abstracto y si no hiciste ningún plan sobre el mismo, seguramente te importa poco.
En cambio si tu deseo de obtenerlo es tan fuerte que ocupa tu mente, tu corazón, tus fuerzas y tu tiempo; si hablas de él con tus amigos y familia; si investigas sobre las leyes que lo regulan, si te animas a todo para ir en su búsqueda; si lo anhelas tanto como respirar, estás enfocado correctamente.
¿Te parece demasiado? Si realmente querés llegar a la realización de tus sueños más profundos, nada será demasiado. Elder Richard Scott, líder religioso cristiano dijo: “Para conseguir algo que jamás has logrado, deberás hacer cosas que jamás has hecho” , así que… ¡Manos a la obra!.
Bien, creo que estamos de acuerdo en que tenés una realidad, el lugar desde donde partir, y tenés un sueño, un lugar adónde querés llegar. Podemos hacer una división muy general del tipo de lugares adonde llegar.
Por un lado podríamos decir que uno de los anhelos más deseados es “llegar a TENER”. Tener cosas es algo bueno. Tener tu propia casa, auto, buen trabajo, una novia/o linda/o y buena/o, una familia, un buen pasar, una vida tranquila, un placar lleno de ropa a la moda, una vida divertida, etc. ¡Hay tantas cosas que se pueden llegar a tener, que pareciera que aunque las obtengamos siempre habrá algo más que nos llame la atención!.
Por otro lado, el Sueño que más escondido está en nuestro interior es el de “llegar a SER”. Lo paradójico es que este lado de los sueños, (Llegar a SER) encierra la clave para conseguir tener las otras cosas, casi sin proponértelo.
¡Se me acabó el espacio y ni me di cuenta! La semana que viene te contaré la historia del Nene y el Rompecabezas y analizaremos cuatro grandes campos en los que podemos avanzar para llegar a SER la persona que soñas. ¡Te aseguro que podés lograrlo! ¿Lo intentamos juntos?.
*) Periodista (Universidad Nacional de la Matanza - Bs. As. - Argentina). Director de Seminarios e Institutos en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para las sedes Morón, Quilmes y Merlo (todo en Bs. As.).
Docente y Profesor en religión para jóvenes de 14 a 30 años. Director del Programa de Becas Educativas (FPE) de la Iglesia en Instituto SEI Merlo. Coach y Orientador Educativo en el mismo Instituto.
Todo esto fue realizado desde 1986 a 2013. Coach de Vida y Facilitador de proyectos personales (Estudios con la Licenciada Graciela Sessarego - Venezuela).
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