*) Cr. Ricardo Puglia Saavedra
Fue el mensaje en 2004 cuando Vázquez ganó las elecciones de la mano de la coalición de izquierdas, los Castro, Chávez, Evo, Lula, Kirchner, Correa, el obispo paraguayo, y otros tantos convencidos que el socialismo y el reparto de la riqueza era la opción para salir de la pobreza.
Culminando el año 2015, 16 años después, son pocos los ciudadanos que tienen algo para festejar. Más bien, la mayoría de la población tiene muy poco para ello.
Prometieron el paraíso terrenal con dirigentes inmaculados incapaces de meter la mano en lata. No fue así. Casinos, PLUNA, Regasificadora, ALUR, Metzen y Sena, Agolan, UTE, ANTEL, OSE, ASSE, INAU, las intendencias de Montevideo, Maldonado, Canelones son unos pocos ejemplos y ahora a la vista nos encontramos con el desorden económico-financiero de ANCAP donde las pérdidas acumuladas hacen necesaria la recapitalización del monopolio público por cerca de 1.000 millones de dólares. Han demostrado un pésimo manejo de los recursos públicos (de todos), con algunas acciones de consecuencias delictivas.
Los astronómicos ingresos recaudados a partir de la vigencia de la Reforma Tributaria en 2007 (IRPF) les permitió gastar hasta el último céntimo y no contentos con ello endeudaron al país en el orden del 61.5% del PIB.
Los déficits fiscales fueron la tónica en estos años pasados y los años que vendrán continuarán con esta tendencia perdiciosa. 2015 cerrará con un déficit de gestión del 3.5% del PIB, más de 2.000 millones de dólares que pagaremos con más deuda, inflación y mayores impuestos.
Sólo el Banco Central perderá en 2015, 800 millones de dólares por mantener una política macroeconómica desacertada para controlar la inflación y la evolución del dólar norteamericano.
En el primer trimestre de este año, desde esta columna advertimos que estábamos entrando en una crisis económica y desde el gobierno se respondía en todos los ámbitos que era apenas una desaceleración de la actividad económica en términos neurolingüísticos más neutros.
2015 continúo avanzando bajo “el gobierno de los laureles” que han apostado todos los boletos a un presupuesto quinquenal donde los egresos son mayores que los ingresos con previsión de pérdidas fiscales aña tras año por venir.
Las inversiones públicas fueron relegadas a las PPP con muy dudosa efectividad en el corto y mediano plazo dada la lentitud de las decisiones y el autismo propio de continuar pensando que esto es apenas una pequeña cuesta abajo y el milagro del repecho aparecerá mágicamente de la mano invisible del mercado.
Así como nuestro presidente (75 años) pasea por el mundo dando conferencias sobre el tabaco y el cáncer (en medio del conflicto más duro de la historia con los gremios de la Educación y las pérdidas de días de clase), nuestro Ministro de Economía con la misma jovialidad y dinamismo que el primero insiste en mantener una política económica equivocada profundizando aún más las negativas variables que surgen de su evolución y quitándole importancia a problemas como la desocupación. La pérdida del grado inversor ocurrirá en 2016 y pagaremos más intereses.
60.000 personas han quedado sin trabajo en este año y se pronostica para 2016 que la desocupación se ubicará en el entorno del 10%. La Industria de la Construcción ha perdido 20.000 puestos de trabajo directos desde el 2014 y se prevé que a mediados del 2016 sean 24.000 empleos menos.
La industria existente terminará el año con aproximadamente 32.000 puestos de trabajo perdidos y más del 60% de las ramas industriales continúan registrando caídas en la actividad.
El mayor problema para conseguir trabajo lo están padeciendo los jóvenes con baja capacitación, menores de 25 años, mientras los jóvenes universitarios con mayores niveles de formación verán más atenuado el efecto. La baja capacitación de nuestros jóvenes es consecuencia de la falta de políticas públicas en Educación vinculados a un mundo globalizado más exigente.
Luego de más de una década de bonanza, el ciclo económico se revirtió y el valor de la soja se ha desplomado a la mitad de lo que cotizaba dos años atrás. El trigo, el maíz y el arroz tuvieron caídas significativas de precios, al igual que la leche en polvo entera, que es el principal producto de exportación de Uruguay en el rubro.
Apenas la carne vacuna y la ovina –y la lana– luchan por mantener el sitial que ocupan entre las materias primas cuya cotización no ha caído. La profesora Carmen Reinhart en su libro “La Montaña Rusa”, sentenció: los colapsos de precios con altibajos de más de 30% duran en promedio siete años. Y el actual va por el cuarto año, acumulando un año continuo de caída.
Felizmente recién ahora están reaccionando las autoridades en forma muy lenta y reconocen su error anunciando que el Mercosur no es prioridad.
El holandés Jan Kees Martijn, jefe de la reciente misión del FMI aconsejó "apoyar el desarrollo de infraestructura", no seguir con intervenciones del Banco Central (BCU) en el mercado de cambios; reducir la inflación y "avanzar hacia la plena eliminación de la indexación" salarial; mantener el "compromiso con la consolidación fiscal"; y aprovechar "los bajos precios del petróleo" para "mejorar el desempeño de Ancap". Estos consejos serán desoídos.
Muy poco para festejar. Los reclamos sindicales y empresariales se acentuarán en 2016 a medida que la crisis avance. Los problemas comerciales con la Argentina, la rescisión en Brasil y la caída de la demanda de China auguran años difíciles donde la emigración volverá a acentuarse y la delincuencia crecerá. ¡Festejen!.
*) Especialista en inversión bancaria y asesoramiento empresarial, egresado en 1980 de la Universidad de la República Oriental del Uruguay “Contador Público y Licenciado en Administración”. Ex vicepresidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo. Ha desarrollado una proficua e intensa actividad en la banca nacional e internacional, destacando las áreas de inversiones, reestructuración de deuda, banca corporativa, banca minorista, proyectos de inversión, ingeniería financiera y comercio internacional.
En 1990/1991 ocupó la gerencia comercial de Credit Lyonnais Uruguay y participó en la renegociación de la deuda externa uruguaya en estrecho contacto con el Ministerio de Economía y Citibank N.A.; de 1992 a 1996 estivo a cargo de la gerencia comercial de Banco Exterior Uruguay (hoy BBVAArgentaria).
Desde el año 2006 desarrolló servicios profesionales independientes en Consultoría y Finanzas Corporativas en varias empresas.