Todos tenemos que trabajar, producir, estar ocupados, sustentar nuestras vidas, el sistema actual nos indica esto, no tenemos otra alternativa, a través de mi empresa, a través de trabajo independiente, a través de trabajo empleado en una organización, el común denominador es que vamos a tener una contraprestación en dinero y especie versus nuestras horas de labor, trabajo, puesta a disposición de todas mis neuronas, aptitudes, emociones, esfuerzos, para poder cumplir mis objetivos laborales impuestos.
El trabajo es salud, y el trabajo no siempre es salud. Lograr un equilibrio entre satisfacción personal, y actividades cotidianas de nivel de carga laboral, no es nada fácil.
Entramos generalmente en situaciones en las cuales no podemos manejar la carga de tareas, no tenemos la mejor comunicación horizontal o vertical, el clima organizacional no acompaña, el crecimiento del volumen de operaciones y complejidad no se ve reflejado en un cambio de estructura acorde, es decir, situaciones diarias que se van acumulando y que no nos damos cuenta, nos vamos tratando de adaptar al mini caos diario.
Volvemos a nuestros hogares bastante “filtrados” con cansancio emocional y pensando en las cosas que no pude cumplir o lo que tengo que ejecutar en el corto plazo pero no tengo los elementos de trabajo adecuados para trabajar con más normalidad.
Pasan los meses y la situación no cambia, vivo muy metido en mi mundo de trabajo y no puedo pensar en otra cosa, y la familia y los amigos, y el asadito que iba a hacer pero tuve que ir a la empresa un fin de semana a preparar un informe.
¿Debemos buscar alternativas a esto?, nuestro estrés es alto, y comienzo a tomar alguna medicación, es un paliativo nada más. Tenemos que tratar el tema de fondo, hay que dejarse ayudar, mirar detenidamente el panorama y tratar de encarar…
Encarar es hablar con mi gente en la empresa, ver las cosas que nos están haciendo mal, corregir y tratar de encontrar los recursos necesarios para que la labor diaria se pueda hacer más funcional y con menos desequilibrios. Hablar con mi jefe, con mis pares, con mis subordinados.
Poner punto muerto, y dejarse llevar por instinto y sentimientos…
Quererse más, mirar un sol o una luna, el mar o la sierra, el azul del día o la cúpula estrellada, lo necesitamos, nos va a dar un poco mas de paz para seguir, dejar fluir y tratar de manejar los ritmos. Es mucho más saludable que andar empastillado, las mejores pastillas están al lado nuestro, nuestros afectos, un poco de deporte o caminar simplemente, practicar algún hobby, hacer cosas chicas que nos puedan gratificar…
El estrés es muy peligroso, debemos combatirlo y trabajar seriamente en poder tratarlo, y si es necesario tendré que pedir ayuda a un profesional para conversar, charlar y trabajar profesionalmente el tema.
No descuidemos esto, busquemos este equilibrio, el trabajo necesario y nuestra vida.
*) Daniel Pelenur, Contador Público. Master en Administración de Empresas (New York University). Ocupó cargos gerenciales de primer nivel en áreas administrativas financieras en importantes empresas en Montevideo y Buenos Aires.
Docente Universitario. Desde el 2008 hace consultoría y capacitación en empresas familiares en áreas de Administración, Finanzas y Organización.