*) Mauro Mendiburu Benedetto

El último dato del Banco Central del Uruguay, marca que el Producto Interno Bruto real ha caído un 0,5% en el primer trimestre de 2016, en términos interanuales. Según nuestras estimaciones, es altamente probable que dicha caída se haya extendido al segundo trimestre de este año, lo cual implica que nuestro país finalmente haya entrado técnicamente en lo que llamamos recesión económica. Finalizaría, de este modo, el período más extenso de crecimiento económico desde que se cuenta con datos estadísticos oficiales en Uruguay.

Un par de comentarios al respecto: debe llamar poderosamente la atención, la caída registrada en rubros como Comercio, Restaurantes y Hoteles, con un 4.5%, casi tan profundo como la Construcción (-4,7%). Ello claramente no condice con los anuncios de nuestras autoridades departamentales y nacionales, en el sentido que la temporada 2015-2016 fue “la mejor en décadas”, y parece sí ajustarse a lo que todos los habitantes de Maldonado percibimos en la vida diaria.

Pero resulta coherente con el gran número de emprendimientos hoteleros y gastronómicos cerrados aún antes del comienzo de Semana de Turismo en la zona turística, y el comentario generalizado de los comerciantes y operadores, quienes objetivamente -y en voz baja- discrepaban con esas cifras tan rimbombantes.

Si bien es cierto que el rubro hotelería y gastronomía ha crecido en el primer trimestre, no lo ha hecho en cifras importantes. La economía de Maldonado también se encuentra en recesión, y parece no tener casi ningún estímulo para salir de ella, más allá que las autoridades locales lo reconozcan.

En segundo lugar, está claro que las fuertes caídas del PIB de nuestros vecinos Argentina y Brasil, así como el enlentecimiento de uno de nuestros principales clientes como lo es China, nos han llevado a esta situación.

Si bien el Gobierno dirá que la caída no es tan profunda como lo fueron las crisis de 2002 o 1982, ante circunstancias similares; preocupa profundamente la reacción de las autoridades nacionales (y también departamentales) ante lo aparentemente inevitable.

Quizá no se percataron, que la caída hubiese sido más violenta si no se hubiese implementado el cambio de la matriz energética, sin la cual, la caída del primer trimestre hubiese llegado casi al doble (0.9%); un cambio que fue producto de atinadas y novedosas políticas nacionales de inversión.

No podemos decir lo mismo de Maldonado, donde ni siquiera podemos percibir cuál es la novedad de la política turística y económica llevada adelante, y solo esperamos que el proyecto de Centro de Convenciones (que por cierto ni siquiera es un proyecto de la actual Administración) nos saque de este pozo en el que nos encontramos.

Cuando alguien intenta buscar las políticas que se implementarán para torcer esta situación económica, tanto a nivel departamental como nacional, le queda sólo esperar que la región y el mundo mejoren, para que también crezca la economía de Uruguay. Razonamiento que se da de bruces con lo dicho anteriormente con las políticas energéticas, pero que responden a un faltante de ideas de nuestros gobernantes nacionales y locales. Como si lo importante fuese solamente acceder al gobierno con slogans, pero vacíos de ideas, para luego depender de lo que haga el resto del mundo.

*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.

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