Estoy percibiendo aires y vientos de cambio, los uruguayos, tan pasivos, tan comprometidos a que no nos toquen nuestro status quo, a bancar cosas que no estamos de acuerdo, a no hacer nada al respecto, se está llegando a un punto de saturación, al límite que hace que podamos entrar en acción, a tratar de cambiar la cosa para una vida mejor.
Les comento algunas de las cosas que en este momento más me irritan y preocupan y que es necesario que tengamos conciencia del daño y quebranto grande que hace a la sociedad entera.
Educación: Niveles nunca vistos de deserción escolar y liceal, chicos de 13, 14 años que no hacen nada, con las consecuencias inevitables de adicciones, y probabilidad de comenzar a delinquir.
Déficit Fiscal: Para simplificar la cosa, el Estado gasta más de lo que recauda. Y esto se ha incrementado sustancialmente en los últimos 10 años. En nuestras empresas si pasa esto, haremos los cambios necesarios estructurales, comerciales, financieros a fin de bajar dicho déficit y en muy corto plazo, poder ser rentables.
No pasa esto en el Estado, tenemos más empleados públicos, un aparato estatal enorme para lo que es un país de un poco más de tres millones de habitantes, prácticamente todas las Intendencias con déficit, y no hay caja para inversiones, mejora de infraestructura y servicios.
Seguridad: Es un tema grave y urgente que está afectando a la Sociedad. No estamos seguros en ningún lado, se debe tomar este tema como uno de los principales aspectos a cambiar en el muy corto plazo. Una policía y poder judicial eficientes, con más recursos y mejor trabajo en su labor, política de Estado de inclusión de los jóvenes en situación crítica.
Sin educación, sin inclusión laboral, sin un cambio de cultura hacia el trabajo, estamos educando de cierta forma a todos estos jóvenes a delinquir.
Gobernabilidad: Los gobernantes deberán ser los mejores para cada puesto, todas las empresas públicas y ministerios deben ser gerenciadas por gente capaz y preparada para el cargo. Hace 100 años que no pasa esto en Uruguay, no importa el gobierno de turno, es una política de Estado que se mantiene, de poner políticos, amigos, saldar cuentas, favores y poner a cualquiera para dirigir y afectar fondos de todos los uruguayos. Últimas víctimas de este disparate son Ancap y Alas Uruguay.
Conclusión: Esto da para más?. Seguiremos tomando mate y dejando pasar la cosa?.
Hay que hacer, hay que tomar conciencia de la situación actual, tomarse una ducha de la realidad, pensar, tratar de ver como hago mi aporte al proceso de cambio. Intervenir, hablar, tomar acciones.
No hay dinero para nada, para arreglar la camineria rural, para arreglar los desastres de la costa por los temporales, prácticamente todo el dinero del Estado e Intendencias se va en retribuciones al personal, queda poco y nada para inversiones, mantenimiento, reserva para contingencias.
A cambiar
*) Daniel Pelenur, Contador Público. Master en Administración de Empresas (New York University). Ocupó cargos gerenciales de primer nivel en áreas administrativas financieras en importantes empresas en Montevideo y Buenos Aires.
Docente Universitario. Desde el 2008 hace consultoría y capacitación en empresas familiares en áreas de Administración, Finanzas y Organización.