El Banco Central de Brasil publicó la pasada semana varias cifras sobre el desempeño económico de los primeros meses de la Administración Temer. Entre los operadores financieros había gran expectativa, ya que se trataba de los primeros pasos de un Gobierno que les había “liberado” de las políticas redistributivas del Partido de los Trabajadores.
Con aquella vieja consigna de “Gobierno liberal, crecimiento económico asegurado”, las apuestas iban a qué tanto mejor se encontraría Brasil en el inicio de esta nueva etapa, luego de la catarata de anuncios del flamante equipo económico.
Pero la realidad fue demasiado dura. El déficit primario de setiembre fue de Usd 8326 millones. Si anualizamos el rojo fiscal primario, la cifra es espeluznante: Usd 59.000 millones de déficit fiscal primario. En comparación, es mucho peor de lo hecho por la “populista” Dilma. A tal punto impactó el número, que varios sorprendidos empresarios manifestaron que hasta se encontraban más esperanzados con el anterior gobierno.
Si agregamos los crecientes intereses de la deuda pública que hay que abonar, el déficit global alcanza al 9.42% del PIB, una cifra demencial y, para peor, creciente. La deuda/PIB llegó al 70.7%, 4.2 puntos por encima del porcentaje existente en los últimos meses del PT en el Gobierno. Una cifra muy preocupante.
Peor aún, el Banco Central de Brasil, modificó una vez más (a la baja) las proyecciones de crecimiento al cierre de 2016 y las del 2017. Ahora las ha llevado al -3.3% para el 2016, y al 1.21% para el 2017. Lo preocupante es que es la tercera baja semanal consecutiva de estas proyecciones, lo cual indica el negro futuro que ahora visualizan los agentes económicos en Brasil, tras casi 9 meses del nuevo gobierno.
En abril, varios indicadores de expectativas económicas eran positivos en el vecino país, lo cual reflejaba que lo peor había pasado en materia económica. Ahora, los agentes económicos parecen no vislumbrar un buen futuro en Brasil. El actual gobierno “liberador” del PMDB y PSDB, termina siendo víctima de su propio juego. Solo resta que aparezca un Donald Trump carioca para darle esperanzas a los brasileños. Esperemos que no exista ningún muro en su programa económico o electoral.
*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.