El cierre del año 2016 y comienzos del 2017, fue escenario de fuertes noticias provenientes del ámbito político local, regional y mundial; cuyas consecuencias indudablemente repercutirán en nuestra área económica. Entre aumentos de tributos en el marco de una gran confusión por parte de las autoridades de la Intendencia de Maldonado, cambios en el Ministerio de Economía argentino, y rastros de cómo llevará adelante su política económica el Sr. Donald Trump (reflejado en el intercambio de minutas con Ford, General Motors y Toyota); parecería que no nos faltarán temas en este espacio, de cara al 2017.
Sin embargo, la encuesta de expectativas económicas del Banco Central del Uruguay, y el Banco Central de la República Argentina, demuestra mucha tranquilidad en las visiones de los economistas del Río de la Plata.
Según dichas encuestas, ambos países crecerán en 2017: Argentina con su rebote técnico del 3%, Uruguay con un aumento de PIB del 1.18%. Argentina estabilizándose lentamente en su mercado de trabajo, Uruguay creciendo en número de ocupados. Una devaluación del 17% en Argentina, contra una devaluación del peso uruguayo del 14%; implicando una caída del tipo de cambio real (una más) en Argentina, e interesante (aunque no suficiente) aumento en nuestro país. Equilibrio fiscal primario en Uruguay y déficit fiscal primario del 4.93% en Argentina.
Todo parecería avizorar un año muy tranquilo. No obstante lo cual, sería bueno remarcar al menos dos riesgos con los que deberemos convivir en el próximo año: los errores de política interna, y los horrores que importaremos del resto del mundo.
En el primer grupo encontramos lo que tantas veces discutimos el año anterior: contradicciones en políticas económicas, falta de capacidad en solucionar problemas o instrumentos inapropiados para alcanzar objetivos compartibles.
Argentina ha sido un ejemplo muy claro de ello. Nuestra Intendencia parece embarcarse en un rumbo parecido. A nivel nacional se vuelve a insistir con el impuesto al tabaco, que necesariamente pegará en la inflación, contradiciendo un objetivo importante.
En el segundo grupo, deberemos pensar que la tranquilidad manifestada por los economistas parece más que infundada. El año 2017 estimo será el que más cantidades de shocks externos recibirá nuestra economía desde USA, pasando por Europa y siguiendo en Asia. Dudo que nos dejen tranquilos por mucho tiempo.
Lejos de pensar que todo estará bien, deberíamos pensar cómo enfrentamos los golpes del exterior que podríamos soportar, y evitar los internos. Si hay algo que la Historia nos ha enseñado, es que al menos en Economía, siempre hay un aviso antes del shock.
Las manifestaciones de Presidentes, Ministros, Intendentes y operadores, son avisos. La lectura de los mercados nos muestran las inconsistencias. En el 2017, vivirán más tranquilos los que logren interpretarlas, y actúen en consecuencia.
*) Es Master en Economía Financiera por la Univ. of London-SOAS, UK. Se desempeña actualmente como Profesor de Economía de la Universidad de la República (CURE-Maldonado) y de la Universidad Católica del Uruguay (Sede Punta del Este). Es asesor de inversiones financieras.