En San Carlos fue condenado un joven de 22 años que, severamente afectado por las drogas, provocaba una serie de daños en una finca tras amenazar a todos los presentes con un machete; en Maldonado, fue formalizado otro hombre de 38 años tras incumplir medidas de restricción por un caso de violencia doméstica registrado en Piriápolis.
Uno de los casos fue sustanciado en la sede Penal de 2° Turno de San Carlos, donde este martes 5 de febrero, fue condenado a 3 meses de prisión efectiva y a otros 6 de libertad vigilada con una serie de medidas, un joven de 22 años identificado por las iniciales F.G.C.F.
Fue imputado por un delito continuado de violencia doméstica agravada, un delito continuado de desacato agravado y un delito de violencia privada agravada, todos en régimen de reiteración real. Por 180 días, no podrá comunicarse ni acercarse a las víctimas en un radio inferior a los 500 metros.
Durante los 6 meses de libertad vigilada, deberá llevar tobillera electrónica y someterse a internación por su adicción a las sustancias estupefacientes. El joven fue detenido el lunes cuando la Policía fue alertada de la ocurrencia de un problema familiar en calles 4 de Octubre y 25 de Agosto, en San Carlos.
Cuando los efectivos llegaron al lugar, F.G.C.F. se encontraba en el interior de una finca provocando una serie de daños, luego de haber amenazado con un machete a todas las personas que estaban allí. Los efectivos fueron autorizados a ingresar procediendo a reducir al iracundo sujeto.
Posteriormente, mientras era trasladado a dependencias policiales, se desacató queriendo provocar daños en el móvil. El ahora condenado, ya tenía varias intervenciones anteriores de la Unidad Especializada en Violencia Doméstica y de Género de la ciudad de San Carlos.
Otro en Piriápolis
El lunes 4, en tanto, en el Juzgado Penal de 4° Turno de Maldonado fue formalizado un hombre de 38 años, por la presunta comisión de un delito de desacato agravado, por lo cual deberá cumplir arresto domiciliario total por el plazo de 6 meses, con excepción del horario de trabajo.
Todo comenzó el pasado 10 de enero, cuando su expareja se presentó en la citada unidad policial a denunciarlo por amenazas de muerte hacia ella y su hija. En aquel momento y tras una serie de actuaciones, la Justicia dispuso varias medidas cautelares que el hombre no respetó.
El domingo 3 de febrero nuevamente debió ser intervenido, luego que la víctima denunciara ante la Policía, que estaba incumpliendo las medidas dispuestas y había intentado ingresar a su casa. Llevado ante la Justicia Penal, terminó formalizado como se menciona anteriormente.
Durante los 6 meses de arresto domiciliario, este hombre solamente podrá salir a trabajar. Además, quedó impedido de acercarse a la víctima a una distancia inferior a los 500 metros o comunicarse con ella. Por otra parte, portará tobillera electrónica hasta el 3 de agosto, salvo nueva disposición.