Este viernes se cumplió una nueva audiencia por el caso del profesor Edwar Vaz, asesinado el 9 de julio del año pasado. Mientras los autores materiales del asesinato están en prisión, los otros cinco imputados comparecieron ante la Justicia y vieron agravada su situación, ya que ahora están acusados como coautores de un delito de homicidio especial y muy especialmente agravado.

 

Se cumplió una nueva audiencia por el caso del profesor Edwar Vaz -asesinado de un balazo en la cabeza la noche del lunes 9 de julio del año pasado-, durante la que comparecieron los 5 formalizados hasta el momento, aparte de los dos sicarios formalizados el mes pasado y que están en prisión.

Durante la instancia, la ex esposa de Vaz y su amiga íntima, la ex pareja de la primera, así como el individuo que se encargó de buscar a las personas adecuadas para concretar el crimen, trasladarlos y pagarles, y el joven que hizo de chofer de los sicarios cuando llegaron a Maldonado, fueron reformalizados.

Avanzada la investigación y encontrándose ya en un punto culminante, la Fiscal de la causa Andrea Naupp, solicitó al Juez Diego González Camejo elevar la calificación de las dos mujeres y los tres hombres, a coautores de un delito de homicidio especial y muy especialmente agravado.

En la etapa final se establecerán las agravantes que se aplicarán a cada uno de los implicados, como la premeditación y la promesa remuneratoria, ya que hubo quien o quienes prepararon el crimen y pagaron para cometerlo a los dos sicarios formalizados el mes pasado.

Por otra parte, en uno de los casos se volvió a dictar prisión preventiva ya que se confirmó que existe peligro de fuga, según lo que se desprende de escuchas telefónicas realizadas a lo largo de la investigación. Las otras cuatro personas seguirán en prisión domiciliaria con vigilancia reforzada.

Castillo derrumbado

Como lo informara MaldonadoNoticias, a partir de la formalización de los dos sicarios concretada el miércoles 17 de julio pasado, los investigadores pudieron armar el puzle en el que quedó claramente definido el rol de cada una de las otras personas que ya cumplían medidas cautelares.

Carlos Alejandro Alberti Rodríguez, de 22 años, vivía en situación de calle tras abandonar a su familia por su consumo problemático de drogas; era buscado desde el mes de junio y finalmente fue ubicado limpiando vidrios de automóviles en Montevideo; fue el primer contactado para cometer el crimen.

Quien habló con él más de un año atrás, fue Mathías Guarteche, el joven que el 9 de julio de 2018 trasladó a los dos sicarios desde Montevideo a Maldonado y de regreso a la capital, en un coche marca Geely que, le había pedido prestado a un primo pero sin decirle el propósito del viaje que realizaría.

Raúl Marcelo Barboza Lacuesta, de 38 años, fue el segundo en ser contactado por Guarteche para viajar a Maldonado y asesinar Vaz. Alberti cobró $ 3.000 para consumar el plan (le prometieron más), mientras que Barboza, poseedor de otros antecedentes penales recibió entre $ 7.000 y $ 8.000.

Mathías Guarteche, de 25 años, estaba formalizado como cómplice de un delito de homicidio, y resultó ser pieza clave entre los asesinos y quienes armaron el plan para matar a Vaz. Tenía una larga relación amistosa con Mauro Carlos Machado, quien a la fecha del crimen era pareja de Lulukhy Moraes.

Guarteche, es quien en comunicaciones telefónicas interceptadas por los investigadores, expresó sus intenciones de fugarse antes que se concrete el juicio oral. En la audiencia de este viernes, la Fiscal Naupp solicitó nuevamente prisión preventiva para él, por 60 días.

La entonces pareja de la mujer conocida como “la gitana”, que tenía dos hijos con Edwar Alexis Vaz Fascioli, fue quien le explicó los planes a Guarteche para que a su vez éste encontrara en Montevideo a las personas indicadas y capaces de perpetrar el asesinato, y les pagara lo acordado.

La decisión de sacar del medio al docente habría sido tomada a raíz de las profundas diferencias existentes entre él y la madre de sus hijos tras la separación, y porque mediaba incluso un reclamo por al menos US$ 1,5 millones que sería presentado ante la Justicia por parte de la víctima.

María Leticia Giachino, la amiga íntima de Lulukhy y con la que vivía en la mansión Gypsy Queen, fue la encargada de adquirir los teléfonos celulares que fueron utilizados exclusivamente para ultimar los detalles finales del plan. Uno fue entregado a los sicarios para coordinar todos los pasos.

Franco Silvera, de 26 años, quien realizaba trabajos de jardinería en “Gypsy Queen”, trasladó a los sicarios desde la Parada 41 de Playa Mansa hasta media cuadra del edificio “Mavaró”; tras el asesinato volvió a llevarlos hasta donde esperaba Guarteche para retornar con los asesinos a Montevideo.

El 17 de julio se supo que el jardinero tuvo más participación, ya que en más de una ocasión habría acompañado a Mauro Carlos Machado a realizar “inteligencia” en torno al edificio donde vivía Vaz en avenida Lavalleja, y fue el encargado de entregar los teléfonos celulares a los otros actores.

e-max.it: your social media marketing partner